La noticia que ha ocupado las principales páginas de los periódicos y que de seguro las seguirá ocupando por un buen tiempo, ha revelado lo que para muchos era un secreto a voces. Me refiero al narcoescándalo del Consejo Supremo Electoral (CSE) protagonizado por uno de sus magistrados de facto, el liberal Julio Osuna, hermano de la cuestionada presidenta del PLC. De esta manera el CSE entra a formar parte del narcoescándalo internacional iniciado a raíz del asesinato del cantautor argentino Facundo Cabral, escándalo en el que se encuentran implicados Fariñas y otro conocido como “El Palidejo”, este último convertido en nicaragüense gracias a las diligencias practicadas a lo interno del CSE por uno de sus magistrados.
Que en un poder del Estado se emitan documentos a terroristas y narcotraficantes no es nada nuevo. Recordemos que desde el primer atentado a las Torres Gemelas de Nueva York, aparecieron en poder de los terroristas varios pasaportes nicaragüenses y ahora aparecen narcoterroristas de las FARC con cédulas de identidad que los acreditan como nacionales de la República de Nicaragua. Tampoco es nuevo que se emitan cédulas alterando la edad de jovencitas que después son prostituidas en el extranjero. Esto es suficiente evidencia de que en ese poder del Estado hay toda una olla podrida, la que ha sido tolerada por el ejecutivo en repetidas ocasiones, todo porque esos magistrados de facto son los que de manera fraudulenta decretan ganadores en las elecciones al gusto y antojo del partido de gobierno.
En mi artículo publicado hace una semana en estas mismas páginas, titulado “Mi comadre presidente”; expuse lo que hasta ese momento creí que era el motivo por el que Arnoldo Alemán había escogido a la presidente espuria del PLC, pero hoy que comienzan a revelarse interioridades como que la señora Osuna había ofrecido a don Arnoldo conseguir grandes cantidades de dinero para futuras elecciones y gastos administrativos de ese partido una vez que fuera electa presidente.
Me hago la pregunta ¿de dónde provendría ese dinero? Solo Dios y ella lo saben, por lo que los invito a usar su imaginación para tratar de encontrar la respuesta. No es necesario ser brillante para atar cabos y pensar sobre cuánta plata estarían dispuestos a aportar los amigos de su hermano para hacerse de un partido en el que con toda la impunidad del mundo podrían posteriormente proponer y llevar a puestos de elección a nicaragüenses que luego desde esas posiciones les pudiesen servir a sus propósitos. El pasado martes 29 de mayo en el mismo momento en que era desaforado el ahora exmagistrado Osuna fue notificada por el CSE la resolución en la que emitieron su veredicto sobre la impugnación que introdujéramos en contra de la ilegal reunión que hiciera la facción arnoldista del PLC en los potreros de una finca y que llamaron convención, resolución firmada por el magistrado defenestrado en favor de su hermana.
Después de todo lo acontecido, solo nos resta rezar porque el PLC no se convierta de partido zancudo a narcopartido.
El autor es abogado y ex convencional del PLC.
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