José A. Silva y Alejandro Flores
Todo el peso de la ley nicaragüense. Es lo que pidió el comandante en jefe del Ejército de Nicaragua, general Julio César Avilés Castillo, para el presunto agente colombiano Luis Felipe Ríos Castaño, quien junto con dos militares nicaragüenses fue acusado ayer por la Fiscalía por delitos de espionaje.
“El colombiano deberá, por sus actos ilegales en contra de la nación nicaragüense, recibir todo el peso de las leyes de nuestro país y por sus declaraciones, por lo que él ya ha confesado, por lo que nosotros conocemos, implica de manera directa a autoridades colombianas”, acusó el alto jefe militar.
Al concluir la apertura del VII Curso de Seguridad y Defensa Nacional, el general Avilés confirmó a la prensa nacional que Luis Felipe Ríos Castaño estaba siendo procesado por las autoridades nicaragüenses, luego de confesar que trabajaba para los órganos de Inteligencia de las Fuerzas Armadas de Colombia.
CONFESÓ DELITOS, DICE GENERAL AVILÉS
“Este ciudadano colombiano es confeso que trabaja para los servicios de Inteligencia de la República de Colombia, sabemos que ingresó a finales de 2010 a nuestro país, buscando como establecerse desde esa fecha, realizando su trabajo en contra de la seguridad de nuestro país, durante el 2011”, dijo Avilés.
Según el informe militar, el agente sudamericano hizo esfuerzos “por buscar el establecimiento de relaciones y reclutamiento para obtener información clasificada como secreto de Estado y secreto militar”.
“Inicialmente, después de los procesos de investigación y las conclusiones de nuestros servicios de Inteligencia, este Luis Felipe Ríos Castaño se hacía pasar como español, y como fachada, decía trabajar como corresponsal para una revista de temas de seguridad y defensa”, informó el jefe militar.
De acuerdo con el reporte de Migración y Extranjería, el sospechoso de espionaje ingresó al país con el pasaporte CC 71788368, procedente de Colombia, en fecha del 9 de noviembre de 2010.
Posteriormente el hoy acusado salió del país el 13 de diciembre del 2011 por avión a Panamá y regresó al día siguiente.
De acuerdo con los reportes de Inteligencia Militar, el presunto espía confesó trabajar como agente de Colombia.
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BUSCABA PLANES DE DEFENSA
De acuerdo con el reporte de Inteligencia, entre junio y agosto de 2011, los servicios de Inteligencia del Ejército detectaron la búsqueda de información que realizaba el supuesto agente de Bogotá, quien en concreto trataba de obtener planes de defensa e información reservada, acercándose a militares activos para reclutarlos como informantes.
“Desde ese entonces creamos de manera permanente un equipo de Inteligencia para el seguimiento, búsqueda de estos agentes y cortar esa actividad”, dijo un general Avilés que no ocultaba, tras el rostro enrojecido y el tono grave de su voz, la molestia del asunto sobre el que estaba comunicando.
“La información que buscaban eran planes de defensa nacional, hay que recordar que hay un juicio con Colombia, información de planes de desarrollo del país y la trascendencia de la cooperación del Ejército de Nicaragua con otras fuerzas armadas”, reveló, rodeado de oficiales del Estado Mayor y acompañado por el jefe de Inteligencia, general de Brigada Adolfo Zepeda.
De acuerdo con el parte del cuerpo castrense, los servicios de Inteligencia rastrearon al colombiano, le dieron seguimiento en sus actividades, lo ubicaron y lo infiltraron antes de que fuera detenido por las autoridades de la Dirección de Migración y Extranjería, el pasado 12 de junio, en un lugar y hora no determinada en la Carretera a Masaya.
MILITARES NICAS DETENIDOS
Junto con Ríos Castaño también fueron capturados y procesados dos militares nicaragüenses: el teniente Amaru Vicente Álvarez Granera y el capitán Leónidas Rubén Castillo Ruiz. Ambos son procesados en los Tribunales Militares y serán sancionados según el Código Penal Militar y las leyes del fuero castrense.
Estos dos oficiales, según la denuncia del mismo Ejército de Nicaragua, dieron información al supuesto agente colombiano a cambio de una cantidad no cuantificada de dinero.
“Quiero reiterar que este sujeto, Luis Felipe Ríos Castaño, colombiano, violentó nuestras leyes, queremos decir que tenemos pruebas y conocemos para quién trabaja en Colombia, queremos reiterar ante la nación que el Ejército de Nicaragua no permitirá que organismos y agentes extranjeros vengan a pretender desestabilizar y atentar contra la seguridad del país”, advirtió Avilés.
Asimismo insistió con gravedad: “En el Ejército de Nicaragua no tienen cabida traidores ni delincuentes”.
¿CÓNSUL DESINFORMADO?
La pregunta telefónica tomó por sorpresa al cónsul de la Embajada de Colombia, César Plaza, no sabía, en apariencia, que un compatriota suyo estaba siendo acusado en los Juzgados de Managua por los delitos de intrusión y violación de secretos de Estado de Nicaragua.
“¿Tenía un abogado?”, preguntó el cónsul cuando LA PRENSA le llamó para conocer si la Embajada de Colombia sabía del caso y acompañaba al acusado en el proceso judicial.
Eso fue a las 3:00 p.m., dos horas antes que el general Avilés confirmara el caso, y dos después que el fiscal Armando Juárez asistiera a los Juzgados de Managua para acusar en nombre de la Fiscalía al presunto agente sudamericano que llegó esposado y custodiado fuertemente por agentes vestidos de civil, a eso de la una de la tarde.
El reo fue llevado ante el juez Quinto Distrito Penal de Audiencia, Julio César Arias, donde no permitieron la presencia de los medios. El judicial admitió la acusación y le impuso prisión preventiva hasta la fecha de audiencia inicial, programada para el 26 de junio en la mañana.
La Fiscalía acusó por los delitos de intrusión espionaje, y violación de secretos de Estado, los cuales, según el Código Penal de Nicaragua, tienen penas de entre tres y ocho años de prisión.
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