Gloria Ruiz
Alba Artola vive en el barrio Enrique Schmidt pero, desde hace una semana, tiene que ir a los barrios vecinos en busca de agua potable.
Desde hace una semana el agua no llega a su casa. En esa situación están unas 50 familias más.
“Para cualquiera es un problema estar sin agua. Tenemos que levantarnos de madrugada e ir por las calles con miedo de los delincuentes por un poquito de agua”, dijo Artola.
Los afectados aseguran que de nada sirve llamar a la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) porque hace caso omiso a los llamados.
Aseguran que Enacal envía desde el domingo una cisterna con agua, pero no resuelve el problema. Otra opción es comprar un balde con agua que cuesta 20 córdobas.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 A