Elogiada por sus bellezas naturales, la ciudad de Matagalpa apunta al desarrollo turístico, pero, sus autoridades y pobladores deben resolver el asunto de la seguridad y recuperar espacios públicos, como los parques, que ahora representan riesgos para locales y visitantes.
860,293.82 córdobas para el parque Darío.
534,176.63 córdobas para el parque Morazán.
541,655.13
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Mario Francisco Orozco Méndez, lustra zapatos en el parque Francisco Morazán.
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Vendedores que permanecen en los principales parques de Matagalpa coinciden al apuntar que estos sitios de esparcimiento son inseguros, principalmente durante las noches, aunque las autoridades policiales dicen que la actividad delictiva “es mínima” en esos lugares.
Frank Navarro, director de Servicios Municipales de la Alcaldía, también sostiene que los parques de Matagalpa “son seguros”, porque ahí permanecen guardas que cada 12 horas rotan turnos para el cuido y vigilancia y la Policía, con agentes uniformados y de civil, mantienen patrullajes continuos y “evitan la delincuencia”.
Anatalio González Ochoa, un cambista que además vende lotería en el parque Darío, dice que ha mejorado la seguridad por la presencia de guardas en los negocios vecinos, pero, “ya en la tarde se ponen algunos vagos en el centro y al que va pasando lo llaman y es para arrebatarle las cosas”.
EN EL FRANCISCO MORAZÁN
Igual ocurre en el parque Francisco Morazán, al frente de la unidad departamental de la Policía. José Santos López Hernández, quien vende perros calientes durante toda la noche, precisa que en algunos casos “los gay en coordinación con los ladrones les roban a los ‘bolos’ (ebrios), las prostitutas por otro lado, los ‘pirucas’ (tomadores consuetudinarios), aquí es un solo desorden y al frente de la Policía, pero ahí no hacen nada”.
Para el jefe departamental de la Policía en Matagalpa, comisionado mayor Ramón Calderón, el de los parques “es un problema serio que desgraciadamente existe en todo el país, pero que aquí es una costumbre”.
El mando policial dijo que el de los parques “es un problema social, no es un problema criminal, porque los que están allí ganan por prestar un servicio que no me corresponde a mí catalogarlo ni a nadie, a mí lo que me interesa es recuperar el espacio público”.
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