Por: Juan Carlos Ampié
Stephanie Plum es un personaje creado por la escritora norteamericana Janet Evanovich, quien ha publicado 18 novelas centrada en esta chica ordinaria de New Jersey, que se convierte en cazadora de recompensas. Desconozco la calidad de los libros, pero han sido comercialmente exitosos, y le han granjeado a la autora una legión de seguidoras. Sí, seguidoras, las novelas están claramente definidas para un nicho de mercado femenino. Considerando estos antecedentes, no es descabellado que alguien se anime a llevarlas a la pantalla. Vienen con una audiencia potencial entusiasta, con un pie en el cine y el otro en la librería. Es “Harry Potter” para mujeres. Así llega Todo por el Dinero , basada en la primera novela de la serie One for the Money . Parece que el ejecutivo que apostó a que tendría 18 taquillerazos en la bolsa es el perdedor del año.
Stephanie Plum (Katherine Heigl), desempleada, ronda la indigencia. Su último recurso está en la agencia de fianzas de su primo. Necesita “cazadores de recompensas”, es decir, sujetos que persiguen a los que violan los términos de su libertad condicional y los llevan ante la justicia. Aunque ella es trágicamente inadecuada para la tarea, compra su pistola y se somete a la asesoría del experto Ranger (Daniel Sunjata). Quiere la suerte que su primer caso involucre a su primer amor, Joe Morelli (Jason O’Mara), un policía acusado de matar a un narcotraficante. El romance y el interés se mezclan, mientras Stephanie se enreda cada vez más en el caso.
Se supone que es misteriosa. Se supone que es divertida. Pero Todo por Dinero es simplemente dolorosa. Estamos rascando el fondo del barril. Tiene la calidad de una vieja serie de televisión. O más bien, de una mala vieja serie de televisión. El guión introduce mecánicamente a los personajes, plantando frontalmente alguna característica excéntrica que los defina, y enunciando su relación con Stephanie. Todos son rancias caricaturas que cubren el espectro demográfico del noreste de EE. UU.: hispanos, negros… pero los blancos de New Jersey deberían ser los más ofendidos. Los habitantes del entorno de Stephanie hacen que los “guidos” de “Jersey Shore” parezcan intelectuales. Es posible minar humor de los estereotipos culturales (véase las películas de Sacha Baron Cohen), pero aquí se les explota superficialmente. Peor aún, hasta en el casting se siente desesperación. Jason O’Mara parece un Clive Owen de descuento. La legendaria Debbie Reynolds es exhibida como muñeco del museo de Madame Tussaud.
Algo de simpatía debe reservarse para Katherine Heigl. La veterana de Grey’s Anatomy se ha desgastado ocupando el nicho de “la chica de al lado”, abandonado por Sandra Bullock cuando esta subió de categoría gracias al Óscar. Supongo que alguien tiene que hacerlo. En honor a la verdad, el negocio del cine es como una ruleta, y nadie puede saber de antemano si una película funcionará. Todo por Dinero bien podría haber sido un proyecto prometedor. Pero la calidad de las películas de Heigl ha sido tan consistentemente mala, que se denota cierto afán autodestructivo. Escuche la voz plana con que lee la narración de Stephanie. La mujer está sufriendo. Quizás su agente la odia. Quizás simplemente tiene mal gusto. Y si lo hizo solo por el dinero, pues, tampoco le funcionó. Sea como sea, la franquicia de Stephanie Plum comienza y termina aquí. Y cuidado que mata también a la de los libros. La competencia para la peor película del año se acabó.
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