Cables combinados
- 6 días de duelo nacional decretó Estados Unidos por la matanza ocurrida en Colorado. El presidente Barack Obama decretó que la bandera se mantendrá a media asta hasta el 25 de julio.
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El cine no volverá a ser el mismo desde hoy. Después de la masacre ocurrida la madrugada de ayer en un cine de la comunidad de Aurora, Denver, Colorado, las autoridades de seguridad de Estados Unidos ordenaron a todas las empresas de cine instaurar medidas de seguridad en sus salas.
Un hombre con máscara antigás y traje negro de policía arrojó una lata de gas en un cine atestado durante la proyección de medianoche de la nueva película de Batman y abrió fuego, en un ataque que dejó al menos 12 muertos y casi 60 heridos, según las autoridades.
El ataque, en los primeros minutos del viernes, fue tan extraño que algunos de los espectadores creyeron al principio que estaban presenciando efectos especiales tipo Hollywood.
Cuando el gas comenzó a propagarse, algunos de los asistentes al estreno de The Dark Knight Rises en un cine del complejo de la ciudad de Aurora, en las inmediaciones de Denver, vieron cerca de la pantalla la silueta de una persona que primero apuntó con un arma hacia los espectadores y luego comenzó a disparar, al parecer sin pronunciar palabra alguna.
Este fue uno de los tiroteos masivos más mortíferos en la historia reciente de Estados Unidos.
El sospechoso —identificado como James Holmes, un estadounidense blanco de 24 años y licenciado en Neurociencia por la Universidad de Colorado en Denver— fue detenido cerca de un automóvil detrás del cine.
El comisionado de la policía de la ciudad de Nueva York, Raymond Kelly, dijo que el sospechoso se había pintado el cabello de rojo y se hacía llamar el Guasón (Joker), el villano en las películas de Batman. Kelly afirmó que había recibido información sobre la agresión en el cine, pero Kelly y su vocero no mencionaron quién informó al comisionado.
El jefe de la policía en Aurora, Daniel Oates, se abstuvo de confirmar esa versión, pero admitió que había conversado con Kelly. Ambos solían trabajar juntos en Nueva York. Las autoridades no informaron de inmediato sobre los posibles móviles. El FBI dijo que no había indicios de vínculos con algún grupo terrorista.
“Había cartuchos (vacíos) que me caían en la cabeza. Me quemaban en la frente”, dijo Jennifer Seeger y añadió que el hombre, vestido como los agentes del grupo especial SWAT disparó continuamente con recesos únicamente para recargar. “En cada instante todo era: bum, bum, bum”, recordó. “Recargaba y disparaba, y quien trataba de salir era asesinado”, relató.
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