Por coincidencia o por deseos del Señor las lecturas bíblicas del fin de semana parecieran estar dirigidas a la situación que vive nuestra población.
No soy especialista en religión, ni intento hacer una interpretación de las mismas, pero a veces no es necesario cuando la palabra de Dios no requiere de muchas explicaciones.
En la primera lectura del profeta Jeremías se refiere a los pastores que dispersan las ovejas y dice: “A los pastores que pastorean mi pueblo: Ustedes dispersaron mis ovejas, las expulsaron, no las guardaron, pues yo les tomaré en cuenta por la maldad de sus acciones ”.
Recordé a los miles de nicaragüenses que han tenido que salir del país dejando sus tierras, sus familias, sus amigos, sus estudios, primero para huir de una guerra sin sentido y cruel, y después del descalabro económico originado por la década perdida. Gracias a ellos Nicaragua recibe al año más de 800 millones de dólares en remesas, que vienen a subsanar la situación de más de casi una cuarta parte de la población. A estos compatriotas se les ha tildado hasta de criminales solo por el hecho de reclamar los bienes a los que tienen derecho cuando fueron confiscados y expulsados injusta y arbitrariamente.
El padre Pablo Villafranca me ayudó a comprender más esta lectura cuando en su reflexión en la Página Dominical hace referencia a “los pastores que no han jugado su función y como consecuencia el pueblo ha sufrido desviaciones morales, rituales, culturales y ha pagado un alto precio en las relaciones interpersonales y sociales viviendo en el exilio, pobreza e injusticia legal”.
Pensé entonces en el último rito lleno de colorido, con derroche de luces y símbolos supuestamente para recordar una gesta heroica que produjo más de cincuenta mil muertos, que 33 años después han pasado a un cruel e ingrato olvido.
Completa el padre Villafranca su explicación reiterando que el profeta denuncia a una monarquía que se sirve del pueblo, concentra el poder y lo absolutiza, pero no lo ejerce en función de aquellos que le han confiado, que han visto en el pueblo de Israel una fuente de lucro, de mantener su vida de excesos de lujos y poca fidelidad espiritual. “Dios tomará en cuenta sus acciones, no quedarán impunes. Dios actuará a favor de su pueblo ”.
Pero no solo la primera lectura tiene un profundo mensaje de reflexión, sino el evangelio de San Marcos, cuando hace referencia al momento en que Jesús tiene que retirarse con sus apóstoles a orar en una barca, porque la multitud que le seguía no los dejaban tranquilos, pero al regresar Jesús sintió compasión de ellos porque andaban como ovejas sin pastor…
Según el padre Villafranca, “pastores no son solo los sacerdotes del templo, sino aquellos que juegan un papel de liderazgo en medio del pueblo ”. Y pensé de nuevo en Nicaragua y la compasión que debe sentir Jesús por este pueblo huérfano de líderes y una oposición acomodada.
En la época moderna no hay redentores, ni mártires. Solo queda la multitud como ovejas sin pastor, pero consciente y clara que en política no hay milagro y no podemos seguir esperando, como cree un gran porcentaje de la población, que todo lo que ocurre es por “la voluntad de Dios” sin poner nada de nuestra parte.
El autor es periodista y escritor. Miembro del Grupo Projusticia.
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