Wendy Álvarez Hidalgo
Francisco Lainez habla con cierto tono de decepción. Está triste y se cuestiona: ¿Atrasados para siempre? Lo plasma en su nueva publicación que lleva como título esa interrogante que parece apocalíptica y quizás pesimista. No quería escribir esa obra. Se resistía, pero dice que debía hacerlo porque le preocupa que la población nicaragüense esté dormida, indiferente a la realidad sociopolítica y económica del país. No ve avance en la lucha contra la pobreza y duda de las cifras de progreso que en los últimos años han enorgullecido a los gobiernos.
En la memoria histórica del expresidente y fundador del Banco Central de Nicaragua (BCN) viven los años de transformación que impulsó en el sector agropecuario, desde el café, pasando por el algodón y el ganado en los años sesenta. En la pared de su espaciosa oficina cuelgan encuadrados los diversos reconocimientos que certifican su aporte a la economía nacional. Los exhibe con orgullo. No se inmuta. Dice que la clase media se debe preparar y capacitar para luego impulsar el crecimiento económico del país.
¿Por qué piensa que estamos atrasados para siempre?
Estamos atrasados para siempre porque no hay ni cambio de sistema político, siempre caemos en dictadura y en zancudismo y así no podremos cambiar este sistema político y económico. El atraso viene desde la independencia, siempre hemos vivido en guerra y la economía no ha sido atendida. Solo se han buscado soluciones de parche y hemos llegado a una situación de dependencia, de caridad del extranjero. ¿Y por qué para siempre? porque no hemos despertado en que la solución es de los nicaragüenses a base de trabajo, ahorro y prioridades. Ahora, sé que esto es difícil, largo y tiene que ser así, pero estoy tratando de hacer ver la importancia de las prioridades.
¿Y qué se debe hacer para revertir esa condena?
Es importante el tema de la asistencia técnica, es importante la capacitación de nuestra gente, se tienen que planificar los planes de desarrollo. Cuando estuve en la presidencia del Banco Central ayudé a que se cambiara el sistema cafetalero del país, si no ahorita estuviéramos sembrando árboles de café que producían entre dos y cuatro onzas. A mí me tocó traer el café caturra y por eso es que hoy los cafetaleros son lo que son, me tocó rescatar el algodón en los años cincuenta, cuando hubo crisis mundial en el precio, entonces si no tomamos decisiones concretas, que vayan dirigidas a estimular la producción no habrá solución social. Siempre vamos a depender de Venezuela, de Estados Unidos y de todo los que nos dan, entonces viviremos en una miseria permanente, como el mendigo.
¿Por qué todavía no hay un despertar de los nicaragüenses sobre esta necesidad de cambiar el rumbo del país?
Porque la sociedad y el ambiente en el que hemos vivido, de dictadura, de guerrilla, ha impedido hacer un cambio total en esta sociedad, es decir que esta sociedad ha sido para que los más despiertos, los ricos, exploten los recursos que ellos quieren explotar, pero para ellos y no para el país. Veamos por ejemplo, a qué van a la universidad los jóvenes, a aprender a tirar piedras, los movilizan sin criterio porque no se dan cuenta que ellos tienen que mejorar su familia, su condición social. Si tú no trabajas no tendrás ingresos, entonces ¿qué tendrán que hacer?, ¿ir a un semáforo a pedir limosna?, hay que trabajar. Otro problema que tenemos es el consumismo, no se ahorra. En la década de los sesenta, que me tocó a mí manejar la economía, la vivienda se operaba bajo un sistema de ahorro, el interesado accedía a un ahorro para la prima, pero ahora la gente quiere que le den la casa, entonces esa mentalidad es la que me hace pensar que los que vienen atrás van a ser atrasados para siempre.
Pero ha habido una mejoría si se compara con el ingreso de hace 15 años…
Ahí habría que ver los panoramas. En otros tiempos, los cálculos del Producto Interno Bruto eran abiertos. Lo que se decía era real y el poder adquisitivo del córdoba hasta 1979, circuló en toda Centroamérica como una moneda fuerte porque había confianza en el sistema y en los sistemas político y económico en Nicaragua. Uno de los grandes problemas políticos que tenemos nosotros, por ejemplo, es el populismo o socialismo con o sin apellidos, comunistas, izquierda, pero no debe ser así, la solución que nosotros queremos es ponernos a trabajar, diversificar nuestro sistema de producción, porque estamos encantados con la zona franca, porque nos da ocupación, pero nosotros le damos cantidad de subsidios, no pagan IR, y el pobre nicaragüense que quisiera esos pantalones tiene que pagar a la Alcaldía y esta gente viene acá a comprarnos mano de obra barata, están felices.
Entonces, ¿cómo se explica el crecimiento económico que se ha vivido desde 1995?
Una cosa es que no haya nada y otra cosa es que lo que hay es mínimo. Lo único que critico es que no hay información abierta y se debe explicar el porqué nosotros crecemos y cuáles son las razones; sabés vos, por ejemplo, ¿cuánto le debemos a Venezuela? ¿sabés cuál es la deuda externa real del país? Grecia está como está porque le ocultó al pueblo todo aquel endeudamiento que tuvo para hacer un gobierno progresista. Cuando explotó esto del sandinismo, a finales de los ochenta, luego tuvimos que pagar la deuda externa y la única forma para pagar son los impuestos que pasan por el Presupuesto de la República.
¿Usted sí cree que el Estado se está endeudando con Venezuela?
Claro que sí, lo que pasa es que no tengo las cifras. La experiencia me indica que en la década de los ochenta decían que era cooperación, cuando cambió el sistema en 1990 todos nos vinieron a cobrar, entonces ¿por qué se oculta?, porque no son abiertos los convenios de cooperación y asistencia técnica sin costo. Es decir, ya con la experiencia de gente que estuvo en los ochenta y que nos siguen cobrando me dicen que así será. Y ¿qué hemos estado haciendo?, trabajando para pagar y algunos nos han condonado, pero al final se paga y ¿quién lo paga? el pueblo.
¿Qué opina del papel fiscalizador que ha hecho el BCN con el manejo de la cooperación de Venezuela?
Concretamente no voy a entrar a hablar de tal institución, pero sí le voy a decir con claridad y toda franqueza ¿por qué no se publican los datos? Si el Banco, el Ministerio de Hacienda y la Contraloría publicaran los datos, estaríamos tranquilos porque sabríamos para dónde vamos, pero si no se publican… En el tiempo que yo estuve fue fundamental para mí la deuda pública porque el Gobierno operaba con déficit, entonces se acabó el déficit y entonces la deuda era para proyectos diseñados con detalles, entonces sabíamos todo de por qué estábamos endeudados. Yo insisto que el problema es que acá toda información es oculta.
En su libro plantea que en 1961, cuando asume y funda el BCN, se propuso crear las bases para impulsar el desarrollo nacional ¿logró esa meta?
Sí, claro que se logró. Nicaragua es un país que depende de la agricultura, acá cambió el café, la ganadería tanto porcina como vacuna, la agricultura, se desarrollaron nuevas industrias, hubo progreso, por eso digo ahí están las cifras, las memorias, los números. Se trajeron expertos del Brasil y de todas partes del mundo. Vieras qué costó convencer para lograr estos cambios en estos sectores.
¿Qué tipo de inversión debería estar atrayendo Nicaragua para no quedarse en el rezago?
No tengo un plan B para Nicaragua, pero sí creo que debe haber prioridades. Solo le digo, ¿usted cree que trayendo vicios, trayendo celulares va a progresar Nicaragua? Acá hay un problema que es fundamental y los nicaragüenses no lo captan, cuando cae la primera dictadura, ¿cuánto era la población de Nicaragua?, dos millones, y con el PIB de ese entonces en relación con esa población la gente empezó a mejorar su economía, hoy ¿cuánto es la población?, casi seis millones, ¿y cuál es la capacidad de producción? es muy baja. Entonces ¿dónde están esos miles de millones que dicen que vienen en inversión al país? Yo les demostré con el café, con algodón, con ganado, con industria de fertilizantes, eso es progreso…
¿A qué nivel deberíamos estar creciendo?, algunos hablan de un siete por ciento.
No podría decirle, porque primero tendría que ver cuáles son las prioridades de este país, para ver la mano de obra, la actividad, las exportaciones, el consumo. Ahora es divertido acá, todo lo manejan con lo que se llama macroeconomía como si fuera cuestión de magia, cuando realmente es con sudor y trabajo. Acá llevan la economía como se lleva al ganado, de qué le sirve a Nicaragua que el PIB llegue a siete mil millones, pero no se sabe cómo se concentra ese ingreso. ¿Cree que la pobreza se va a resolver con la distribución del ingreso que hay en este momento? Cuando usted ve que algunas instituciones ganan millones al año y los empleos tienen bajos ingresos, en cambio usted puede ver los mecanismos que tiene el sistema bancario para hacer utilidades y nadie dice nada, entonces me digo ¿qué aprenden los jóvenes en las universidades? La sociedad nicaragüense debe despertar ahora o quedaremos atrasados para siempre.
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