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Erick Ramírez

Esquipulas, entre la gloria y el olvido

En 1986 Centroamérica era una zona de guerra que explotaba por sus cuatro costados. Guatemala, El Salvador y Nicaragua sufrían guerras civiles interminables mientras Honduras enfrentaba serios problemas y Costa Rica cobijaba cómodamente a comandantes de uno u otro lado que debían estar en los territorios en combate.

La región era el escenario de intrigas de todo tipo donde pululaban cuádruples agentes que dependiendo del dinero servían con igual devoción a la CIA, a la KGB, a la Stassi o al Mosad. Los Estados Unidos y la Unión Soviética se disputaban ferozmente esta hilacha del mundo financiando a ambos bandos, mientras la tendalada de muertos, al igual que tiempos antaños, los poníamos los criollos. Las pasiones desbordadas no daban lugar a razonamientos hasta que en Guatemala, un país donde los militares no querían aflojar el poder, Vinicio Cerezo un presidente demócrata cristiano, primer presidente civil en muchos años, planteó en su toma de posesión la necesidad de resolver ese conflicto sangriento mediante una salida política negociada capaz de alcanzar una paz duradera regional.

Las grandes potencias ni se mosquearon: creían que Centroamérica era de su propiedad y no digerían esos planteamientos alocados, pero la tesis caló desde un principio y fue tomando forma hasta que casi dos años después, en 1987, se logró firmar el Acuerdo de Esquipulas en el pueblo del mismo nombre ubicado entre Guatemala y Honduras.

Los EE. UU. desconfiaron desde el inicio de este plan y lo torpedearon incesantemente hasta el final, creyeron que Vinicio buscaba un liderazgo regional y que le estaba haciendo “el lado” a Ortega, este a su vez apoyaba la idea como una tabla de salvación a su cada vez más insostenible gobierno agobiado por la crisis política, económica y militar. El Salvador compartía la iniciativa empantanado como estaba en un conflicto político-militar de años, y Honduras siempre con su clavo de “miliches” acariciando el poder, acuerpó el esfuerzo.

El único “vivo” de esta operación fue el narcisista Oscar Arias, presidente entonces de Costa Rica, que terminó formulando un Plan de Paz para Centroamérica, que no era más que la copia al carbón de decenas de planteamientos que sobre el tema se habían formulado antes. Merced de su palanqueo con la Internacional Socialista y el gobierno socialista sueco debido a los contactos de su partido tico Liberación Nacional fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, el que al menos debió haber sido compartido con el verdadero forjador de la iniciativa, el presidente guatemalteco.

A raíz de la firma de los Acuerdos de Esquipulas se formó en Nicaragua la Comisión Nacional de Reconciliación, de la cual formé parte en representación de los partidos políticos.

Finalmente el gobierno de Ortega, quien había sido electo por primera vez por seis años en 1984, que se le vencían en 1990, se vio forzado a adelantar las elecciones y perderlas ante una oposición vacilante que quería repetir la misma abstención electoral del 84. Para no provocar un vacío de poder se aprobó un transitorio constitucional que mantuvo en sus cargos hasta la nueva toma de posesión a muchos funcionarios gubernamentales.

Veinticuatro años después, en 2011, este párrafo a todas luces inofensivo y congruente en aquel entonces fue aprovechado por Ortega y su Corte para reeligirse y violar la Constitución Política. Como muchos dirían hoy “nada que ver”. No obstante, los Acuerdos de Esquipulas mantienen su esencia histórica.

El autor es dirigente histórico socialcristiano.

Opinión Acuerdo de Esquipulas Centroamérica Nicaragua archivo

COMENTARIOS

  1. Bud Spencer
    Hace 12 años

    Oscar Arias Premio Nobel de la Paz, le dé o no le dé resquemor, eso es la política, es cuestión de proyección, y en aclaración en Nicaragua no fue la oposición política que votó en contra de Daniel en las elecciones del ’89, fueron sus mismos partidarios, los que asistieron a su impresionante cierre de campaña en la plaza de la revolución, para ese entonces ya les daba de patadas y votaron contra el mismo dizque partido.

  2. Ana Sofia
    Hace 12 años

    Dudo mucho que muchos hallan olvidado el tratado de Esquipulas, porque gracias a el predomina la paz en Centroamerica, aunque habian situaciones adversas que hacian ver que no iba a resultar, todo por el imperio yanki que en aquel entonces tenia intereses aunque en la actualidad todavia hay intereses sobre Nicaragua sino no estarian enviando embajadores a entrometerse en la politica y gobernabilidad de nuestro pais, cosa que solo los nicas tenemos ese derecho.

  3. Pancho C
    Hace 12 años

    Si no es por Arias la guerra sigue y ahora estaríamos mejor porque la contra hubiera ganado esa guerra y echado preso a Ortega y a todos los jodidos roba casas

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