Gisella Canales Ewest
I entrega
El nuevo polo de desarrollo turístico. El destino emergente de Nicaragua. El tesoro por descubrir. Esas son algunas de las frases que usan para describir a Ometepe, uno de los principales destinos que Nicaragua está promoviendo a nivel internacional.
Según estadísticas del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), el año pasado a la isla llegaron unos 60,000 visitantes, de los cuales 40,000 eran extranjeros y 20,000 eran nacionales, superando así el número de habitantes, calculado en 45,000 personas.
Contrario a la tendencia nacional, que indica que el 65 por ciento de los visitantes extranjeros que llegan al país proceden de Centroamérica, los turistas que van a Ometepe proceden principalmente de Europa, Asia, Norteamérica, Oceanía, Sudamérica, y en menor cantidad de los países vecinos.
Según anunció recientemente el Intur, se espera que entre octubre y noviembre empiece a operar el Aeropuerto La Paloma, el cual tendrá una pista de 1,500 metros de largo y 35 de ancho, con capacidad para recibir aviones de 56,000 libras de peso con una capacidad de 42 pasajeros, lo cual a los empresarios turísticos de la localidad más que alegrías les provoca preocupaciones.
“Tenemos un lindísimo aeropuerto, que vale diez millones de dólares, pero no podemos mantener la luz prendida las 24 horas”, señala Álvaro Montilla, propietario del restaurante Mar Dulce, en Moyogalpa.
Los empresarios turísticos, tanto de Moyogalpa como de Altagracia, —los dos municipios en que está dividida la isla— resienten los constantes cortes de energía que hay en Ometepe.
En junio pasado, según datos de la distribuidora Gas Natural, se reportaron 34 apagones, los cuales duraron desde 18 minutos hasta cinco horas y 55 minutos. Ese mes en total los isleños pasaron 51 horas y 28 minutos sin energía eléctrica.
“A veces está llegando el ferry por la tarde, por la noche, a las 7:00 de la noche no hay luz en todo el pueblo, y eso es algo muy malo, porque clase de imagen que se lleva el turista”, lamenta Melania Avellán Arcia, propietaria de Aly Hotelito y Restaurante.
“En febrero del 2011, recuerdo, estuvo el alumbrado público de Moyogalpa cortado 11 días… Siendo el puerto de entrada del noventa por ciento de los turistas que llegan a la isla”, agrega Montilla.
CUANTIOSAS PÉRDIDAS
Para Hugo Navas, propietario de una distribuidora del mismo nombre en Moyogalpa, esta situación es “gravísima”.
Álvaro Montilla, del restaurante Mar Dulce, cuenta que la semana antepasada tuvo que cerrar temprano el restaurante porque no hubo agua en todo el día. “Ya no tenía más agua para lavar trastes, platos, tuve que cerrar porque ya no podía darle de comer a la gente”, lamenta.
“Hasta podemos obviar un poco la energía eléctrica, pero el agua es imprescindible para todos”, recalca Melania Avellán Arcia, del Aly Hotelito y Restaurante.
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Navas abastece de perecederos y otros insumos a numerosos negocios turísticos de la isla y cuenta que los constantes cortes les provoca cuantiosas pérdidas.
“El Eskimo tuvimos que quitarlo completamente, porque había momentos en que se perdía en su totalidad”, recuerda.
“Estamos hablando de un polo de desarrollo turístico y cuando estamos hablando que somos completamente dependientes de la energía, frustra completamente toda la actividad económica que podamos hacer”, expresa Navas, quien fue durante varios años vicepresidente de la Cámara Nicaragüense de Turismo de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Cantur).
En esto concuerda Douglas Céspedes, propietario del hotel y restaurante El Tesoro del Pirata, en Altagracia, para quien el principal problema que enfrenta la isla, para consolidarse como un atractivo turístico, es la constante interrupción de la energía.
“Los isleños hemos sido abandonados durante 3,000 años y hasta hace poco logramos que el Gobierno se interese, que se preocupe, porque hay posibilidad de un desarrollo turístico, pero necesitamos un aspecto básico: una energía estable. Aquí el problema de la energía es terrible”, enfatiza.
En su caso, en los casi ocho años que tiene su negocio, ha perdido “por lo menos cinco equipos”, que se han dañado por los cortes y bajas de potencia de la energía. Céspedes ha perdido frigoríficos, refrigeradoras y equipos de sonido.
¿DE QUIÉN ES LA RESPONSABILIDAD?
Ometepe no es parte de la red nacional de energía, esta se distribuye a través de un sistema aislado y es producida por la Empresa Generadora de Ometepe SA (Egomsa). El gerente general de esa empresa, Moisés López, afirma que en la isla se genera más de lo que se demanda, y atribuye los cortes a problemas de distribución.
“Nosotros (la isla) tenemos 1.8 megavatios de demanda en el pico, y nosotros tenemos la capacidad instalada de 2.3 megavatios, tenemos capacidad suficiente para abastecer el sistema, hay interrupciones en los sistemas aislados que pueden ser por problemas en las redes de distribución, o problemas en la generación, pero nosotros como empresa tenemos la capacidad para abastecer todo el sistema de la isla”, expresa.
Reconoce que los sistemas aislados “no son robustos como es el sistema interconectado”, pero no como para poner “en crisis la generación que nosotros tenemos”. “Hay capacidad suficiente”, enfatiza.
“Yo soy generador, no puedo hablar por la parte de distribución, pero cuando el problema es por generación, puede haber una salida (de energía) que no dura más de diez minutos”, afirma.
Egomsa tiene cinco unidades que generan energía a base de diesel, dos de ellas nuevas, según López.
Jorge Katín, gerente de Comunicaciones de Gas Natural, menciona que en los últimos meses se han producido muchos problemas de cortes de energía, “debido a que la demanda de energía ha crecido y las plantas que se contrataron para producir la energía tienen una capacidad limitada”.
“A esto hay que sumar que al ser la isla un área protegida, las podas en los árboles, que se deben hacer para mantener limpia la red de distribución, tienen grandes restricciones impuestas por el Marena. Esto ha generado muchas interrupciones en los últimos meses”, informó.
AEROPUERTO PRESIONA
Además del problema de la energía, los empresarios turísticos de Ometepe enfrentan limitaciones de infraestructura vial, capacitación del recurso humano, abastecimiento de agua y capacidad de atender a los turistas que empezarán a llegar a la isla con más exigencias.
“La única preocupación oficial es que se termine el aeropuerto, paralelo a esto no se ha capacitado a la gente, nada que tenga que ver con lo que viene en un avión, que es una persona que va a pagar de Managua a aquí probablemente 150 dólares, que es un pasaje mínimo, entonces 150 dólares para llegar a un lugar donde no le podemos dar respuesta… Sí, el turista que va a venir en avión a la isla va a venir con otras exigencias”, dice preocupado Montilla, del restaurante Mar Dulce.
El titular del Intur, Mario Salinas Pasos, está consciente de esta situación. Afirma que se está trabajando en ello. El Ministerio de Transporte e Infraestructura trabaja en la parte vial; el Intur y programas de cooperación internacional, como el proyecto Ruta Triángulo del Sur, ha mejorado la capacitación del personal de las empresas turísticas; y se trabaja en proyectos para mejorar el abastecimiento de los servicios básicos, dice.
Salinas reconoce que con el aeropuerto “se elevaría el estándar del turista”, y como están enterados de las dificultades que hay en la isla, “estamos abocados con las instituciones correspondientes para ver cómo le podemos dar solución a esto”.
El funcionario confía que una vez Ometepe se abra al mundo con el nuevo aeropuerto, el “boom” de turistas sea paulatino, simultáneo con la solución de todas estas limitantes.
LEA MAÑANA: ¿OMETEPE VERÁ LA LUZ?
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