Lucía Vargas
Las parrillas que cubren los manjoles de las calles de Granada, al igual que las tapas de los medidores de agua y hasta las señales de tránsito, son el blanco de personas aún desconocidas que las roban para venderlas a un precio irrisorio.
Uno de los problemas que generan los robametales es que los huecos permanecen cargados de basura y agua sucia, mientras en el sector de La Villa los habitantes denunciaron ayer que tres manjoles ubicados en la calle principal estaban rebasados de heces fecales.
José Luis González hizo el llamado a Enacal, ya que desde el sábado permanece este problema.
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Las autoridades municipales preparan una ordenanza para regular a los chatarreros. Según datos oficiales de la Alcaldía de Granada, unas 25 señales de “alto” de metal han sido robadas por desconocidos. Estas son parte de las 150 que instaló la municipalidad en todo el centro histórico de la ciudad.
El alcalde Eulogio Mejía dijo que todo el trabajo que se está haciendo por dotar las esquinas de señales, para prevenir accidentes, se ha caído por culpa de personas que se dedican a vender metal.
Explicó que tanto las parrillas como los altos fueron hechos por la Alcaldía usando letreros viejos y sarrosos, con el objetivo de reciclar el metal viejo, pero lamenta que haya personas inescrupulosas que se los están robando.
MAYOR CONTROL
“Estamos preparando una ordenanza municipal para que todo lo que tenga que ver con chatarra sea coordinado directamente con la Policía y la municipalidad”, dijo Mejía, tras referir que una señal de alto nueva tiene un costo de entre 1,800 y 2,000 córdobas según el Fomav.
Comentó que recientemente recuperaron un alto robado y supieron que lo habían vendido en 40 córdobas.
En todas las esquinas del sector del mercado municipal los tragantes están sin parrillas, lo mismo pasa con casi todos los medidores de agua potable. Los huecos incluso recogen basura y agua sucia y muchas personas han resultado accidentadas.
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