AGENCIAS/VIDA
Las frutas y verduras crudas constituyen un complemento ideal para una dieta sana y equilibrada. Al no tratarse con calor, los alimentos conservan intacto su valor nutritivo, pero también todos los microorganismos patógenos que hayan podido acumularse en el transporte y manipulación.
Un estudio publicado en El British Journal of Nutrition el año pasado encontró que un grupo de 198 sujetos que seguían una dieta estricta de alimentos crudos tenía niveles normales de vitamina A y niveles relativamente altos de beta-caroteno (un antioxidante que se encuentra en las frutas verdes y amarillas y en las verduras), pero con bajos niveles del antioxidante licopeno.
Los defensores de esta alimentación afirman que la comida cocinada pierde la mayor parte de sus vitaminas y minerales, intactos en los alimentos crudos.
Según estudios del Centro de Ciencias de la Salud de la Louisiana State University, “con esta alimentación uno come menos, tiene más energía, vive más años y va menos al médico”.
Además, los alimentos crudos son abundantes en enzimas y minerales alcalinos, todo lo opuesto a la dieta SAD (Standard American Diet) que es ácida y no contiene encimas. La razón para ingerir comida cruda es que todas las encimas están presentes en los alimentos.
A medida que aumentaba el consumo de ensaladas y vegetales crudos, también lo hacían los niveles de vitaminas C y E, ácido fólico y varios carotenoides, que son antioxidantes que le dan el color amarillo, naranja y rojo a las frutas y los vegetales. Pero son pocas las personas que comen vegetales crudos con regularidad.
[/doap_box]
Sus defensores dicen que alimentan igual, quitan totalmente el hambre y tienen menos calorías.
Consérvelos siempre en un lugar fresco y seco, y lo más alejado posible de la luz, para preservar mejor sus cualidades. No escatime esfuerzos a la hora de lavarlos, use abundante agua, incluso con unas gotas de lejía, y vuelva a aclararlos con abundante agua para eliminar los restos. Por último, consúmalos inmediatamente después de su preparación, para evitar la pérdida de sus propiedades.
Los alimentos crudos nos ofrecen sus nutrientes y propiedades con una composición química determinada, que sufre modificaciones importantes cuando los cocinamos. Gran parte de las vitaminas y minerales por ejemplo, son altamente sensibles al calor, de forma que se pierden cuando cocinamos los alimentos que las contienen. Otros elementos, como las proteínas y las grasas, se transforman por la acción del calor llegando a convertirse en elementos nocivos para la salud.
BENEFICIOS
Los alimentos crudos son los únicos que contienen un tipo de enzimas activas importantes para hacer mejor la digestión y evitar la acidez.
La mayoría de las vitaminas de las verduras solo se mantienen si no están cocinadas.
Adelgaza, ya que cuanto más cocinado está un alimento, más se eleva su índice glucémico y desaparece su capacidad saciante. Lo crudo, por sí mismo, llena más.
Es buena para combatir el colesterol, ya que la mayoría de los alimentos crudos no tiene grasas saturadas, además ayuda a eliminar la celulitis, si, además, bebes tres litros de agua al día.
ZANAHORIAS
Son ricas en carotenos, unos compuestos que el hígado transforma en vitamina, además que previenen la aparición de células cancerosas. Asimismo su carencia puede provocar problemas de visión y acné juvenil y sequedad en la piel.
TOMATES
Esta hortaliza es muy común y fácil de consumir, además de su buen sabor. Ayuda a reducir el colesterol y los dolores artríticos, a eliminar toxinas por su efecto diurético, a fortalecer el sistema inmunológico y a prevenir desde el cáncer hasta los infartos.
LECHUGA
La lechuga es uno de los alimentos tradicionales que puedes ver en cada ensalada de cada casa. Es ideal para combatir: la anemia y la fatiga, por su alto nivel de hierro. Los estados gripales o resfríos, porque fortalece las vías respiratorias.
PEPINO
Se ha comprobado que el pepino, usado al natural, no solamente es un alimento de fácil digestión sino también refrescante y recomendable para neutralizar la excesiva acidez. Ayuda a la circulación sanguínea y además tiene efectos purificadores de los intestinos.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 B