Tammy Zoad Mendoza
Para contrarrestar la influencia social negativa que reciben los niños y jóvenes los padres deben inculcar valores y estar pendientes de la información a la que acceden sus hijos.
En los colegios públicos se acentúa la violencia verbal y física. Se ha detectado que en las escuelas privadas existe discriminación por diferencias económicas, además de la presencia del “ciber-bullying” donde las redes sociales son el escenario de acosos y ataques.
Grethel Reyes aclara que en el país no se han reportado suicidios y homicidios relacionados al bullying, como en EE. UU., por eso el trabajo de prevención es importante a nivel familiar y escolar.
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Suena el timbre, guardan los cuadernos y sacan las armas. Se ven en el lugar acordado y las cuentas de ayer se saldan hoy. Narcos y policías. “El Fresa” es el capo, a final de cuentas es el popular, con dinero, el que se las ingenia para salir bien librado. No se trata de una nueva serie televisiva, esta escena se repite cada receso en un colegio público de Managua.
Los tiempos cambian, los juegos y las generaciones también. Pero hay algo que permanece en los círculos infantiles y adolescentes: la violencia escolar conocida como bullying. Este es un problema viejo con nombre nuevo. La violencia en los colegios ha estado presente siempre, según docentes y psicólogos, con abusos, agresiones verbales, psicológicas y físicas de unos alumnos a otros.
“El hecho de que ahora se mencione del tema y se use un nombre ha creado un interés para escuchar y para hablar. Los niños y jóvenes están empezando a tener el valor de denunciar los abusos y en la medida en que se conozca más del tema los padres de familia y profesores van a poder detectar, enfrentar y frenar la violencia en las escuelas”, sostiene Grethel Reyes Agurcia, psicóloga que trabaja en asesoría y acompañamiento escolar y que fue parte del equipo de Consejería Escolar del Ministerio de Educación.
Reyes Agurcia explicó durante la “Conferencia sobre bullismo o violencia en las escuelas”, que el comportamiento de los abusadores refleja los problemas familiares, el entorno del niño y la falta de tutoría y acompañamiento de los padres.
“El Fresa” es un niño de 10 años, está en quinto grado, igual que sus amigos de juego. Su profesora, una alarmada espectadora, aclara que sus alumnos no han protagonizado actos violentos en la escuela, pero el juego le resulta peligroso por las ideas que refuerza en los niños.
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