Psicóloga clínica
Muchas veces damos por sentado que el amor todo lo puede, pero hay verdades ineludibles que saltan a flote cuando el tiempo se encarga de hacer aparecer las diferencias.
Que más o menos se trata cuando hablamos de 15 a 20 o más años, porque no se están viviendo los intereses de igual forma.
Y es que hay ciclos en el individuo que se van dando por naturaleza, como la venida de los hijos, los gustos y los proyectos que son los que empiezan a marcar desajustes. Esto implica que a cada edad le corresponde vivir su propio ritmo.
La sexualidad va a ser muy diferente a la de una mujer de 25 años con un hombre de 50, porque mientras ella comienza su actividad plena el hombre ya en esa edad su rendimiento va menguando.
Habrá excepciones donde parejas con edades tan lejos una de la otra han tenido éxito, pero la norma no dice que sea lo ideal.
En el período de noviazgo coqueteamos para dar lo mejor, nos esforzamos por parecer mas jóvenes o más adultos, según sea el caso.
Pero este período está lleno de mucha fantasía, idealizamos según nuestras necesidades y creemos que esta es una garantía que va a perennizar tanto lo que recibimos y lo que damos. La naturaleza es sabia.
Por algo se dice cada oveja con su pareja. Por tal razón es aconsejable pensarlo bien, analizar la situación antes de aventurarse en una experiencia que lleva más desventajas.
Además no olvide que encontrar el punto medio del equilibrio es de inteligentes.
Ver en la versión impresa las páginas: 5 B