El anticipo con música dedicada a Granada por Tino López Guerra, hizo un festivo preludio de la presentación del libro: Granada de Nicaragua: crónicas históricas del polígrafo Jorge Eduardo Arellano, en el Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica.
López Guerra es uno de nuestros más especializados compositores en el amor de tender puentes sobre nuestras ciudades, sobre el núcleo rural. Una de ellas la sultana invencible desde que se burló de las llamas filibusteras, con 488 años de pasmosa presencia.
Así le cantó Tino: “Granada, bello diamante de azules aguas que tienes fama de galante y orgullo de Nicaragua”. El ritmo de su música con gallardía de paso doble, tuvo penetrante alianza con los paisajes mostrados en el acto. Es el segundo libro sobre la mimada colonial, maestra en mantener el colorido de las flores en el corazón de sus patios, matriarca con alma de museo.
Un poco después de la fusión de notas y de imágenes vino la conclusiva combinación de las voces protagónicas: Noel Rivas Bravo y Jorge Eduardo Arellano. Para aquel la obra del autor es la más rica fuente de exposición y de conocimientos vivenciales e históricos con acento en la publicación anterior Granada, aldea señorial.
El libro sugiere en el lector la sensación de que el autor anduvo por todos los rincones de su cuna “con intelecto de amor” indagando sobre los personajes que aparecen en sus 416 páginas luciendo la atractiva diversidad de sus temperamentos. Uno de ellos, “Pancho Hermoso” el excéntrico orador que tuvo la osadía de brincar, de Nabucodonosor a Juana, la loca. Anteriormente son notables las referencias sobre acontecimientos, retratos y documentos de una versátil historia fundamentada en la rigurosa y tenaz investigación que el escritor acostumbra poner —sello de su estilo— en cada una de sus obras.
Ver en la versión impresa las páginas: 6 B