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Cirilo Antonio Otero

Política fiscal en Nicaragua

Hoy día que los pocos medios de comunicación que aún investigan, discuten e informan y le quedan a Nicaragua, es interesante opinar para hacer oír otras voces, que no sean las enlatadas que no dicen nada y que tampoco quieren decir algo. Me refiero al tema público de la política fiscal, que algunos llaman política tributaria.

Se dicen muchas cosas sobre la política fiscal en Nicaragua, algunos se rasgan las vestiduras afirmando inconsistentemente que defienden a los pobres y la ciudadanía; dicen que desean que todos ganemos; que todos vivamos felices, contentos con los impuestos y con la entrega de nuestro dinero al Estado nicaragüense. Desafortunadamente la conversación teatral sobre la política fiscal está concentrada entre el Cosep y el MHCP. Es decir, entre los empresarios grandes y el Gobierno central. Pareciera que solamente ellos existen, que no existimos otras personas, otros sectores sociales, otros contribuyentes en Nicaragua. Solamente ellos mueven el país, son ellos los únicos nicaragüenses. Y, el Fondo Monetario Internacional (FMI) exige a Nicaragua que busque dinero para que pague deuda externa.

En Nicaragua lo que necesitamos la ciudadanía en general es un cambio total en la política fiscal. La política fiscal debe ser progresiva. La política fiscal debe eliminar su base política de ser regresiva. Cuando esto suceda sabremos que estamos viviendo en un Estado justo, equitativo, revolucionario, y dispuesto al camino del progreso, del bienestar y la paz en la comunidad nicaragüense. ¿Por qué? Por una simple razón, cuando la política fiscal sea progresiva, en este país los que ganan menos pagarán menos, y los que ganan más pagarán más. Es decir, totalmente contrario a lo que sucede ahora en Nicaragua. Los ricos no pagan impuestos y los pobres sí pagan.

La reforma fiscal o reforma tributaria es solamente un parche. La reforma es una muestra que la administración pública no quiere chocar con los diferentes sectores sociales y humanos nicaragüenses. Y, además, desea quedar bien con aquel sector influyente que más cabildeo hace, y que más demanda realiza, y que más habla y manifiesta su posición y exigencia. Debemos recordar que somos mucho más los sectores sociales y humanos en Nicaragua. Este país no solamente tiene empresarios y gobierno, hay otros sectores productivos, comerciales, industriales, desempleados, migrantes, receptores de remesas, religiosos, servidores públicos, académicos, políticos, y todos consumidores.

En el Estado nicaragüense en su conjunto debemos recordar que el capitalismo produce pobreza, pero al mismo tiempo necesita compradores, de lo contrario la economía no se activa, no crece. Por lo tanto, el desempleo no daña solamente al que no tiene trabajo, sino a todo el sistema económico en una sociedad. Los más ricos del país, junto al Gobierno, deben preocuparse porque haya empleo, mayor producción, alta productividad en Nicaragua, para que haya riqueza, desarrollo, y más, muchos más consumidores, de lo contrario su sistema económico se verá disminuido y en franco retroceso. Empresarios y Gobierno, no se preocupen por hacer regalías, dádivas, acciones caritativas o filantrópicas. Preocúpense porque hayan en Nicaragua ciudadanas y ciudadanos con capacidad de compra y de pago, eso será rentable a sus negocios y a la administración pública.  

El autor es sociólogo e investigador social.

Opinión
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