Ledia Gutiérrez

Psicóloga Clínica

Amar y dejar ser libres, puede aplicarse para los padres que amando ahogan las capacidades de sus hijos protegiéndolos sin medida, cuidándolos en exceso, evitándoles el peligro hasta desconocerlo.

Consejo sano es que ellos conozcan de la vida, de los triunfos y los fracasos y la forma de levantarse cuando tropiecen.

Como padres es parte de nuestra labor y responsabilidad mostrarles a nuestros hijos que la vida trae consigo experiencias que deberán vivirlas, dificultades que sabrán enfrentarlas.

A diferencia de lo que muchos padres podrían creer, amar no es incapacitar, es lo contrario, es capacitarlos con herramientas fuertes como son los valores que promueven fortalezas espirituales emocionales y físicas.

Asimismo es importante que sepan que ellos pueden comprender que vivimos en un mundo de diversidades, donde cohabita el mal y el bien, la salud y la enfermedad, el triunfo y las derrotas.

Si evitamos que nuestros hijos conozcan de este mundo, estaremos cortándoles toda posibilidad de triunfar de saber elegir, seleccionar en la vida qué rumbo darle.

No es correcto crearles una burbuja de fantasía, que al romperse representará un golpe en su vida. No temamos que ellos sufran, caigan y aprendan a levantarse.

Que aprendan a abrir sus alas y volar y dejar que tomen la dirección que decidan. Se irán y eso no debe ser motivo de desastre para los padres. Se irán y construirán sus propios destinos, solos o acompañados, pero al fin estarán ya entrenados para poder bregar con los tropiezos, que son los que van a ir dándole madurez. Y solo de esa forma construiremos y aportaremos a tener una sociedad compuesta por seres pensantes, responsables de nuevas familias que deberán construir ellos.

¡Hasta la próxima!

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