El filósofo y la filósofa se plantean hacia qué humanidad nos encaminamos y hacia qué humanidad nos queremos encaminar. Para la Unesco, el año pasado fue importante haber publicado y traducido al castellano un texto titulado La Filosofía. Una Escuela de la Libertad, libro que argumenta lo importante de la enseñanza de la filosofía desde el nivel pre-preescolar hasta el nivel superior.
Tanto la educación como la filosofía pertenecen, indisolublemente, al acto de pensar críticamente. De tal manera que debemos comprender que la educación es importante al momento de hacer filosofía y que la filosofía es importante al momento de educar.
No obstante, cuando se habla de filosofía fuera de la academia o quiere ser presentada, digeriblemente, ante un público neófito en la materia el educador se enfrenta con grandes obstáculos. Uno de ellos es el problema de ¿cómo enseñar filosofía?
En Nicaragua, durante el gobierno de Arnoldo Alemán (precisamente en el 2001), la asignatura de filosofía fue borrada del programa académico de secundaria. Sin embargo, desde el 2010 esta clase es impartida en el segundo semestre de undécimo grado, junto a un programa que el Ministerio de Educación (Mined) creó.
Con respecto a esta buena nueva es necesario preguntarse: ¿cómo se está impartiendo filosofía en los salones de los colegios públicos y privados del país?
Cuando uno lee cuidadosamente el programa que realizó el Mined puede observar que esta “novedad” posee una gran debilidad como asignatura debido a: sobrecarga de información para seis meses, falta de estructura lógica entre una unidad a otra y poca seriedad de algunos contenidos a evaluar.
Por ejemplo, en la unidad de Filosofía en América Latina se destaca a Rubén Darío como uno de los representantes de la filosofía en Nicaragua. ¿Acaso el nicaragüense siempre necesita de los versos de Darío para estar seguro de su intelecto? Cierto que Darío no fue un ingenuo de la filosofía, pero destacarlo dentro de la filosofía nicaragüense puede llevar al estudiante a una gravísima confusión entre ¿qué es un poeta?, y ¿qué es un filósofo?
Por otro lado, algunos colegios privados del país (en su mayoría católicos) enseñan Historia de la Filosofía y no Filosofía. Obligan a leer textos como El mundo de Sofía, novela que presenta históricamente el pensamiento de los filósofos más representativos en Occidente y que es tomado por la mayoría de estos colegios como una especie de Biblia. Enseñar filosofía como historia, metodológicamente, es un error porque se educa a repetir un discurso y no a reflexionar en él. Los datos históricos sobre la vida de los filósofos son aburridos para la mayoría de jóvenes. Estudiar si fueron Tales de Mileto o Quirón de Esparta los autores de escribir en las paredes del oráculo de Apolo, en Delfos, el aforismo “Conócete a ti mismo” podría sonar tedioso en una introducción a la filosofía, ese asunto, mejor, dejémoselo a los expertos.
Y con esto no se pretende incitar al abandono de un estudio serio de los filósofos y sus escritos. La cuestión está en que no se puede dejar caer esta información a los estudiantes en un primer momento. En todo caso la Filosofía a impartirse en Nicaragua tendría que ser una filosofía para quererla, y solo puede ser querida cuando el individuo aprende a filosofar.
El maestro Kant argumentaba que no se puede enseñar filosofía, lo único que se puede enseñar es a filosofar. Cuando el espíritu cuestiona, dialoga y realiza críticas sobre su realidad es el momento en que la filosofía está caminando. El amor, la tecnología, la música y la muerte son temas que los estudiantes quieren y necesitan dialogar, además sus contenidos poseen riqueza filosófica.
Así pues, ante un mundo donde la interdisciplinariedad y la interculturalidad están siendo asumidas por las diferentes naciones del mundo y escuelas de pensamiento, la filosofía y la educación tienen que estar presentes al momento de proponer nuevas alternativas al desarrollo político, cultural y económico de una sociedad, porque estas dos disciplinas son las que por excelencia invitan a construir pensamiento crítico. Pensamiento que por obra y gracia del ser humano consciente de su realidad ha logrado prevalecer en los momentos más difíciles de su existencia.
Y ya que en este país la filosofía ha logrado salir del sótano donde estaba oculta no es justo dejarla que empiece con el pie izquierdo cuando el objetivo fundamental es lograr que se cuestionen y analicen los problemas que la vida presenta.
Por tanto el asunto está, como dijo Descartes, en saber “dividir cada dificultad en cuantas partes sea posible y en cuantas requiera su mejor solución” y así poder restaurar las grietas que actualmente posee la filosofía en Nicaragua.
El autor es licenciado de Humanidades y Filosofía.
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