CARACAS/AFP
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El tanque de combustible 204, de nafta catalítica, en Amuay, la principal refinería de Venezuela donde una explosión registrada el sábado en la madrugada ha dejado más de cuarenta muertos, ardió ayer mientras los bomberos trataban de extinguir las llamas en otros dos depósitos, informó el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez.
Sin embargo, Ramírez, también presidente de la estatal petrolera PDVSA —a la que pertenece Amuay— señaló que el Gobierno mantiene “el concepto de ir controlando y confinando el evento”.
Los tanques cisterna bajo fuego están contenidos por unos diques y los bomberos rociaban espuma para enfriarlos, mientras debían batallar además con las cambiantes direcciones del viento, explicó Ramírez.
VARIAS CIFRAS DE MUERTOS
Las autoridades diferían ayer sobre la cifra oficial de muertos. La gobernadora del estado de Falcón, Stella Lugo, dijo que se maneja “hasta ahora una cifra oficial de 48 fallecidos”, durante una entrevista con la emisora local Unión Radio.
La fiscal general, Luisa Ortega, expresó más tarde que “falta por identificar una persona, pero todos los (otros) fallecidos, 40 en total, han sido identificados y entregados a sus familiares”. También aseguró que “hasta este momento no hay ninguna persona desaparecida” y explicó que de un total de “151 personas heridas” en el accidente “solo 33 se encuentran hospitalizadas”.
La refinería está en una zona residencial y comercial donde viven trabajadores del complejo con sus allegados, y familias pobres que se instalaron en barriadas. Según Lugo, “33 familias fueron albergadas” en la cercana base naval de Punto Fijo tras perder sus casas, y cifró en 520 el número de viviendas afectadas.
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