Wilder Pérez R.
Cuando vio que su recibo de energía se duplicó de un mes a otro, Mirna Huerta redujo su tiempo frente al televisor, guardó el abanico, ordenó mantener apagadas todas las bujías innecesarias y dejó de usar la licuadora.
Al ver que no funcionó, se olvidó totalmente del televisor, abandonó la arrocera y hasta se “divorció” de la cafetera.
Pero la cuenta no dejó de subir. Reclamó a Gas Natural pero, ahí, nunca tuvo la razón.
En menos de dos años, en parte de los cuales la tarifa de energía nacional ha estado congelada, Huerta pasó de pagar 392 córdobas a 1,012 córdobas, saltando de un reclamo a otro, viviendo con el mínimo de energía y recibiendo cartas en las que Gas Natural le asegura que cada mes gastará más luz.
“Yo toda la vida gastaba menos de 150 kilovatios al mes, de pronto me han subido el consumo, pero cómo va a subir, si yo más bien he gastado menos porque no quiero pagar esa barbaridad”, se quejó Huerta, cuya vivienda está ubicada en el barrio Altagracia, de Managua.
La denunciante aseguró haber recorrido ya todas las instancias frente a Gas Natural y el próximo paso que le queda es quejarse ante el Instituto Nicaragüense de Energía (INE), pero cree estar cayendo en una trampa.
“Te ponen un proceso agotador para cobrarte lo que quieren, uno se desanima y termina pagando, pero es que yo no puedo pagarles la ineficiencia a ellos, a mi casa no han llegado a leer, pero dicen que consumí 177 kilovatios el último mes y que voy a gastar 188 ¿voy a consumir más con los mismos aparatos y con el mismo ahorro de energía?”, expresó Huerta.
LA PRENSA intentó conocer el punto de vista de Gas Natural, pero no fue posible obtenerlo.
Según el informe que el INE presentó hace varios meses ante la Asamblea Nacional, de los reclamos que logran llegar a esta institución, el 71 por ciento le dio la razón a los clientes.
El mismo documento advierte que las quejas contra Gas Natural se elevaron en un 38.6 por ciento.
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