Educar para vivir

Desde hace muchos años descubrí la educación como el campo laboral más maravilloso de servicio a la humanidad. En esta vocación es donde el hombre adquiere su estatura perfecta, donde se va haciendo persona a medida que su realidad se va configurando y de esta realidad el hombre va adquiriendo su perfil, su rostro de “maestro”, de educador, con la tarea singular de “educar en la escuela para vivir en la vida”.