Las tentaciones relacionadas con el trabajo o con la diversión son a las que más nos cuesta decir “no”.
Un estudio de la Universidad de Chicago demostró que los impulsos a los que más cuesta resistirse a un ser humano tienen que ver con la necesidad de mirar el móvil, tumbarse en el sofá, consultar el correo electrónico para ver si hay un nuevo asunto de trabajo o echarle un vistazo a las actualizaciones de las redes sociales.
El mismo estudio mostró que los deseos que sentimos los seres humanos con más intensidad son los que afectan a la necesidad de dormir y al sexo. Y el tabaco y el alcohol, a pesar de ser adictivos, nos generan un deseo mucho más débil.
En cuanto a los más problemáticos, sorprendentemente para los investigadores fueron el sueño y el ocio, o lo que es lo mismo, la lucha entre “la inclinación natural a descansar y a relajarse o la tensión permanente que generan el trabajo y las obligaciones de la vida cotidiana”.
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