DAMASCO/AFP
Los dirigentes del Ejército Libre Sirio (ELS) comprometidos en la lucha armada contra el presidente Bashar al-Asad buscan reformar su estructura para superar las divisiones.
El ELS podría adoptar un nuevo nombre, “Ejército Nacional Sirio”, nombrar como jefe al general Mohammad Hussein Hajj Ali, que es el de mayor rango, y tratar de canalizar los fondos destinados a los rebeldes para evitar la proliferación de grupúsculos.
Mientras, los civiles siguen siendo los más afectados por esta guerra que según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha causado 26,000 muertos y llevado al éxodo a centenares de miles de sirios. Ayer, la violencia causó por lo menos 90 muertos, entre ellos 64 civiles, según un balance provisional del OSDH.
Un gran número de esas víctimas fueron registradas en Alepo. En el este, el aeropuerto militar de la ciudad de Bukamal fue escenario de duros combates. Los rebeldes perdieron a seis hombres pero “controlan grandes partes del lugar”, afirmó el OSDH.
“El balance de pérdidas humanas es pasmoso, las destrucciones alcanzan proporciones catastróficas y el sufrimiento de la población es inmenso”, lanzó el emisario internacional Lakhdar Brahimi ante la Asamblea General de la ONU el martes.
Mientras, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, criticó a los países que entregaban armas a los beligerantes y lanzó un llamamiento a la solidaridad internacional para financiar la ayuda humanitaria.
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