El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, advirtió de que a partir de este momento (ayer) deja los diálogos de paz en manos de los negociadores del ejecutivo para centrarse en su agenda de Gobierno y garantizar que el país siga creciendo.
Sin embargo, dos temas de último minuto parecieron convertirse en los primeros escollos del que sería al menos el tercer intento de negociación entre gobierno e insurgentes en los últimos años.
El primer obstáculo fue una propuesta de cese al fuego que el mandatario rechazó de manera tajante y el segundo fue la aspiración de las FARC de que en la mesa de diálogo esté presente el dirigente guerrillero Simón Trinidad (Ricardo Palmera), quien purga una pena de prisión en Estados Unidos de sesenta años por el secuestro de tres ciudadanos de ese país.
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Santos hizo estas declaraciones en la ciudad de Sincelejo, en el caribeño departamento de Sucre, durante su reunión de los sábados con ministros y autoridades locales, los Acuerdos para la Prosperidad.
El jefe del Estado colombiano elogió a su equipo de negociadores, liderado por el exvicepresidente Humberto de la Calle Lombana, además de los generales en retiro Jorge Enrique Mora Rangel, excomandante militar, y Óscar Naranjo, exdirector de la Policía Nacional.
El equipo principal lo completan el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), Luis Carlos Villegas; el consejero de seguridad Sergio Jaramillo y el exministro y excomisionado de Paz Frank Pearl.
“Creo que estamos en buenas manos, el país ha entendido que hay que tener confianza”, opinó Santos.
El mandatario reiteró que las Fuerzas Armadas no bajarán la guardia “en ningún momento” y que el mensaje para las FARC es que solo habrá un cese el fuego en el momento en el que se firme el acuerdo que permita el fin del conflicto en Colombia, frente a la aspiración rebelde de instaurar una tregua desde el principio.
Posición de las FARC
Por su parte las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) están dispuestas a llegar a Noruega y sentarse a negociar la paz con el Gobierno sin que importen los obstáculos, sea una negativa a un cese de fuego bilateral o las disputas en torno a la presencia en la mesa de diálogos de un dirigente rebelde preso en Estados Unidos.
“Mirando las cosas con optimismo pensamos que no hay problema que no podamos solucionar”, dijo en entrevista exclusiva a The Associated Press, el miembro del estado mayor de las FARC, Marco León Calarcá.
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