I
Hoy amaneciste incómoda con Dios. Reproches que no cesan,reclamos sin razón. Parvadas de gorrionesen solfeo de Ángelusdecretaron el silencio y disiparon tu sonrisa,voluta somnolienta que levita en el café.
II
Pobre despistado o alevoso pecador.¡Las querellas van contigo,no involucres al Creador! ¿Acaso no recuerdas que las teas apagadas fueron vivos ademanes que exigían tu atención?Llegaste tarde, nuestro cisne ya cantó.
III
Tampoco esperes ver marchita la digna humanidad de sísmicas geografías,ni las cuerdas celestiales de embrujadas melodías. Lo advertí y no escuchaste.¡Será otro quien observe el péndulo sensual de mis zarcillos tañido cumbre del placer!
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