JOSUÉ BRAVO
“Son una mina de oro. Es una población saludable en edad laboral”, recalcó Bonilla. El 49 por ciento de los nicaragüenses tienen nivel de escolaridad primaria y el 35 por ciento de secundaria. El 6.5 por ciento universitario y el 9.5 por ciento ninguno. “Emigran los que más tienen posibilidades o con algún grado académico”, indicó Sandoval.
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El censo del año 2011, cuyos datos siguen analizándose, no solo borra el mito sobre la cantidad de nicaragüenses en Costa Rica —que no llegan a los 300 mil—, sino que da otro rostro al inmigrante en este país centroamericano.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC) sobre el censo del año pasado, en el país viven 287,766 nicaragüenses y representan el 74.6 por ciento del total de inmigrantes residentes, calculado en 385,899 extranjeros.
Muchos de ellos viven en la zona fronteriza con Nicaragua, debido al auge de actividades agrícolas, área en la que se emplean mayoritariamente, según el sociólogo costarricense Carlos Sandoval.
El nivel de mayor crecimiento de la población nicaragüense en Costa Rica inició a partir de la década de los ochenta, cuando Nicaragua estaba en guerra interna.
Continuó en la década del noventa, pero del 2000 al 2011 la inmigración empezó a estabilizarse. Pasó del 7.5 por ciento que había antes del 2000 a 2.4 por ciento.
“No significa que en el caso de los nicaragüenses han dejado de venir, sino que vienen menos”, dijo el experto en estadísticas sobre población, Róger Bonilla, quien junto con Sandoval analizaron el censo sobre los inmigrantes nicaragüenses.
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