Arnulfo Agüero vida
La aventura animada por actores profesionales, circenses y estudiantes de teatro que han puesto con alta calidad escénica la obra de Pinocho , un cuento de Carlo Collodi, ha tocado la realidad de la niñez y la adolescencia en su búsqueda de identidad y realización de sus sueños.
La Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío ha sido este gran escenario, a donde han concurrido en los últimos tres días, más de 3,000 personas para ver la fantástica historia de Pinocho y Geppetto, el viejo juguetero, sus personajes estelares.
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En sus escenas se pueden apreciar las voces que hacen conciencia, como son la del Hada y Grillo, quienes lo motivan para ser una persona de verdad. Al final nuestro personaje lucha por reencontrarse con su familia escapándose así de engaños, curiosidades que generan peligro y de las malas compañías.
El estreno del pasado domingo fue de teatro lleno, pasando las expectativas. A las funciones didácticas del lunes y martes han asistido estudiantes de colegios del país y organismos que trabajan con la familia, niñez y adolescencia de los barrios.
Así Pinocho ha venido a ser el primer debut de la Compañía Profesional de Teatro, en esta ocasión bajo la dirección de Mónica Ocampo, quien logró mezclar acertadamente el teatro con el circo.
También contó con la asistencia técnica de proyección de imágenes paisajísticas supervisadas por el escenógrafo Donaldo Aguirre. La música fue creada especialmente para la obra por el cantautor Francisco Cedeño; en tanto el diseño y vestuario lo realizaron estudiantes de la carrera de Modas de la Universidad del Valle.
El personaje de Pinocho es actuado por mucha naturalidad y fantasía por la actriz titiritera Kenia Martínez, logrando cautivar al público con esta fantasía escénica.
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