Wendy Álvarez Hidalgo
La cooperativa La Dulce Miel mira a Europa, pero por el momento no se atreverá a entrar a ese mercado de 500 millones de consumidores. Le es atractivo, pero desconoce con exactitud cuáles son los requisitos que establece ese bloque comercial, el primer importador del mundo. Solo sabe que es un comprador exigente, que premia la calidad y castiga las malas prácticas.
Aurora Zeas es presidente de la cooperativa La Dulce Miel. Ella afirma que está segura que su producto puede entrar a la UE porque su miel ha sido exportada a través de intermediarios a Alemania, pero admite que desconoce la ruta a seguir para cruzar las fronteras europeas.
“Por supuesto que nosotros queremos conseguir un buen precio, un buen mercado y diversificado”, expresó la joven empresaria durante su participación en la XII ExpoApen que se realizó la semana pasada en el Centro de Convenciones Crowne Plaza.
El próximo año la cooperativa no planea exportar, pese a que entrará en vigencia el pilar comercial del Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea (UE) y dejará libre arancel a gran parte de los productos que componen la cesta exportadora del istmo. Ella cree que lograrán entrar directamente a la UE dentro de cinco años, cuando obtengan la certificación orgánica y la de comercio justo.
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Klara Kanska, consejera de asuntos políticos y comerciales de la delegación de la UE-CA, menciona por ejemplo a Polonia. “Tiene cuarenta millones de habitantes, tiene un crecimiento anual de 4.3 por ciento, el consumidor demanda productos exóticos por tener clima frío, entonces no tiene acceso a frutas exóticas. Por eso habría muchas demandas, el problema que no es un mercado muy conocido”, dijo.
Es por eso que a través de Export Helpdesk se puede conocer a compradores, así como la participación en ferias puede ser clave. Igual la alianza entre los exportadores centroamericanos es otra estrategia para llegar a nichos de mercados.
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Y es que uno de los grandes desafíos en Centroamérica, y particularmente en Nicaragua, es enseñarle a los productores, exportadores y al aparato gubernamental vinculado al comercio, los requisitos que deben cumplir los productos de exportación que busquen ingresar a la Unión Europea; una tarea que le será difícil sobre todo a aquellos exportadores que por primera vez incursionarán al mercado europeo.
La Dulce Miel es de las setenta empresas centroamericanas que formarán parte del Programa Regional de Desarrollo Agrícola, vigente por los próximos cuatro años. Este será ejecutado por el Centro de Promoción de Importaciones de Países en Desarrollo (CBI) de Holanda con un fondo de 1.5 millones de dólares.
Y aunque el mercado europeo abrirá sus puertas a la gran mayoría de los productos del istmo, Nicaragua pretende aprovecharlo con productos no tradicionales: cacao, miel, tubérculos y raíces, okra, miel natural, frutas frescas, yerbas y especias, entre otros. Todos estos, no obstante, también deben cumplir requisitos exigentes.
DISPONEN HERRAMIENTAS
Pero para lograrlo, los exportadores deben conocer todos los requisitos técnicos y sanitarios que deben cumplir, para lo cual la UE ha dispuesto un herramienta digital conocida como Export Helpdesk, donde se puede consultar toda esa información.
Klara Kanska, consejera de asuntos políticos y comerciales de la delegación de la UE-CA, señala que entre las barreras principales que deberá superar la región es que pueda cumplir con todos “los requisitos técnicos y sanitarios. Este es un tema que hay que trabajar bastante, sobre todo en productos frescos, carnes, lácteos hace falta bastante”.
En cuanto a la calidad, Kanska afirma que los productos de la región cumplen con las condiciones, pero en términos de sabor. “El producto puede ser atractivo para el consumidor, pero si no cumple con esos certificados que se requieren en las fronteras no van a poder entrar”.
En el caso de los productos vegetales, recuerda que el exportador debe demostrar que su producto está libre de contaminantes, además debe tomar en cuenta las reglas de origen, el control de plaguicidas, el control sanitario de alimentos de origen no animal.
Kanska reconoce que a veces los productores no pueden lograr las certificaciones, por ejemplo, de libertad de residuos de los productos porque quizás no cuentan con los recursos financieros necesarios o bien porque el país no tiene los laboratorios adecuados.
“El producto que nosotros vemos acá puede ser buenísimo, yo puedo decir que sabe bien, me parece bueno, pero luego si no tienen el papeleo o certificaciones correspondientes no podrá entrar a la UE”, apuntó.
ORGÁNICOS CON CHANCE
La certificación orgánica también será necesaria para entrar a la UE o al menos para ser más competitivo en ese mercado que compra más del 50 por ciento de la producción de productos orgánicos en el mundo.
Karla Díaz Bonilla es socia de una cooperativa que cosecha canela en un comunidad de Río San Juan. Ella afirma que ha escuchado sobre el mercado de la Unión Europea, pero reconoce que no sabe los requisitos que exige. Ellos producen canela y cacao, y aunque le están dando valor agregado, los productos los están dejando en el mercado nacional.
Los 42 productores que conforman la cooperativa quisieran vender a Europa, pero admiten que no están preparados. “Nuestra intención es prepararnos para poder exportar nuestros productos. Estamos pensando potenciar a nuestros productores, mejorar la calidad y luego exportar, pero será un proceso largo y posiblemente lento”, admite Díaz.
Además los productores de esta cooperativa aspiran a obtener la certificación orgánica, pero aseguran que el costo es alto.
La UE está apoyando al Gobierno de Nicaragua en el fortalecimiento de los laboratorios, en la mejoría del sistema de control de calidad y en la creación de normas específicas.
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