El que tenga oídos y quiere escuchar que escuche y el que tenga ojos y quiere ver que vea, porque el oficialismo ya dio a conocer los resultados electorales, pero atrasan las elecciones.
Voceros del gobierno anunciaron que se quedarán con 140 alcaldías, lo que significa que repartirán como gofios las restantes 13 alcaldías entre el PLI, PLC, PC, Apre y ALN. Pero al oficialismo no le bastó con anunciar los resultados generales y fue más allá, también dio a conocer las designaciones en Managua: FSLN 58 por ciento, PLI 25 por ciento y PLC 11 por ciento; o sea, de los 77 concejales se le designarán aproximadamente 47 concejales al FSLN, 21 concejales al PLI y 9 concejales al PLC.
La designación de Managua nos confirma que en términos monetarios el oficialismo administrará durante el próximo período de cuatro años 12 mil millones de córdobas, con mayoría calificada en el Concejo Municipal, ya que la proyección promedio del presupuesto anual es de tres mil millones de córdobas.
Esta muerte anunciada de la democracia nos condujo a muchos a tomar decisiones irrevocables como la de no participar en esta farsa electoral, y nuestros obispos nos dan la razón en el punto siete de su mensaje a la Nación: “La experiencia de las últimas elecciones municipales del 2008 y las nacionales del 2011, en las cuales hubo serias denuncias de actos fraudulentos y graves irregularidades, ha creado en un gran sector de la población una profunda desconfianza en las autoridades del Consejo Supremo Electoral, que siguen siendo las mismas que administraron los comicios del 2008 y del 2011, y frente a una Ley Electoral que no se ha renovado debidamente al servicio de la democracia. Esto ha provocado una gran apatía hacia las próximas elecciones, que muchos consideran decididas de antemano y de las cuales opinan no solo que es inútil participar en ellas, sino que hacerlo sería legitimar un organismo electoral fraudulento y convertirse en cómplices de otro grave atropello a la democracia y a la voluntad popular ”.
Revisemos otro segmento del mensaje de nuestros líderes espirituales que consideran “que la situación que vive el país exige urgentemente replantear el funcionamiento integral del sistema político. El poder se sigue concibiendo como patrimonio personal y no como delegación de la voluntad popular expresada en la Constitución y en la Ley. Esto suscita inevitablemente polarización, arrogancia, ambición e irrespeto a la ley, corrupción, intolerancia y luchas inútiles en la sociedad”.
Lo anterior nos obliga a todos los nicaragüenses a replantearnos muchas cosas para cambiar el estado de la Nación.
Para recorrer un camino de mil leguas se da el primer paso, entonces démoslo con firmeza repitiendo las experiencias exitosas de otros países. Por ejemplo, en Honduras los partidos y sus candidatos a cargos de elección popular están obligados por ley a participar en elecciones primarias. En Venezuela la oposición realizó elecciones primarias sin necesidad de una ley, porque prevaleció la voluntad política y el amor a la Patria. ¿Seremos capaces de unirnos los nicaragüenses que creemos en la democracia y no hemos pactado ni nos hemos vendido?
El autor es Concejal liberal de Managua
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A
