Agencias VIDA
La versatilidad de la camisa polo la tornó una prenda must have (debe tener) para el guardarropa masculino. A pesar del estilo deportivo —por el objetivo de su invención— el modelo confiere producciones arrojadas, inclusive para quien está arriba del peso, pues el cuello de la camisa es estructurado y deja el rostro adornado, afinando la silueta.
La camisa polo surgió como auxilio a la práctica de tenis en 1927 —bajo la autoría de René Lacoste y para el uso propio—. La primera fue blanca.
El modelo es óptimo para ocasiones que dispensan el uso de corbata, en el trabajo y en el día a día, pues posibilita una gran variación de looks.
Otra tendencia referente a la camisa polo es el uso de cuello doble, bien puede ser en colores distintos. La camisa masculina puede ser mezclada con prendas de sastrería como pantalón formal y camisa, sobreponiéndolos; con el cuello para dentro, blazer y también por dentro del pantalón vaquero y sobrepuesta en el suéter con escote en V.
Hombres arriba del peso deben evitar camisa polo en colores claros, pues resaltan los salientes del cuerpo, el ideal son prendas más oscuras en el mismo tono de los pantalones.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 B