La Semana de la Moda de París cerró con broche de oro con el desfile del diseñador de Louis Vuitton, Marc Jacobs, que instaló ayer en un patio del Louvre escaleras mecánicas por donde bajaban, de dos en dos, modelos vestidas con tejidos a cuadros, como si fueran juegos de damas. Para la próxima primavera y verano, Vuitton salpicó su paleta de amarillo limón, caramelo, verde musgo, marfil, blanco y negro, que usó en estrechas minifaldas, pantalones, chaquetas y monos.
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