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Ligia Chamorro Cardenal

María: el Arca de la Nueva Alianza

Se abrió en el cielo el Santuario de Dios, y apareció en su Santuario el Arca de su Alianza (A.P.11; 19).

Con motivo de la celebración de la solemnidad del 15 de agosto de este año, su santidad Benedicto XVI pronunció las siguientes palabras: “María es el Arca de la Nueva Alianza, porque acogió en Sí a Jesús; acogió en Sí la Palabra viva, todo el contenido de la voluntad de Dios; acogió en Sí a aquel que es la alianza nueva y eterna que culminó con la ofrenda de su cuerpo y de su sangre; cuerpo y sangre recibidos de María.

Con razón, por consiguiente, la piedad cristiana, en las letanías en honor a la Virgen, se dirige a ella invocándola como “Arca de la Alianza”, arca de la presencia de Dios, arca de la alianza de amor que Dios quiso establecer de modo definitivo con toda la humanidad.

Hoy la Iglesia canta el inmenso amor de Dios por María Santísima, su criatura; la eligió como verdadera “Arca de la alianza”; como aquella que sigue engendrando y dando a Cristo Salvador a la humanidad, como aquella que en el cielo comparte la plenitud de la gloria y el gozo de la felicidad misma de Dios, y al mismo tiempo también, nos invita a nosotros a ser a nuestro modo modesto, “arca” en donde está presente la palabra de Dios, que es transformada y vivificada por Su presencia, lugar de la presencia de Dios, para que los hombres puedan encontrar en los demás, la cercanía de Dios, y así vivir en comunión con Dios y conocer la realidad de Dios.

Si Dios en sus misteriosos planes de salvación la escogió a Ella, entre todas las mujeres, para llevar a cabo sus planes, aquella por quien Jesús vino al mundo debe seguir cooperando de manera permanente en su triunfo, para que pronto llegue el reino de su Hijo, para que pronto se cumpla aquella plegaria que Jesús nos enseño: “Que venga Tu reino, y que se haga Tu voluntad en la tierra como se hace en el Cielo”.

Al pronunciar María aquellas palabras: “Hágase en mí según has dicho”, ella acepta el plan de Dios para la salvación de la humanidad; pues aquella hija de Adán, al aceptar el mensaje divino, se convierte en Madre de Dios.

Citando el documento del Vaticano II “Lumen Gentium”, “esta maternidad de María, en la economía de gracia, perdura sin cesar, desde el momento que Ella consintió y se prestó fielmente en la anunciación y que mantuvo sin vacilar al pie de la cruz, llegara hasta la consumación de perpetua de todos los elegidos”.

Por lo tanto, si a través de María nos llegó la gracia más grande que ha recibido la humanidad, que es el Redentor del mundo, Cristo Jesús, nuestro Señor; Ella ha sido constituida por la Trinidad Omnipotente, canal o cauce por donde fluyen todas las gracias, hasta la llegada gloriosa del triunfo del Reino de Dios. Por lo cual, la Santísima Virgen María, el Arca de la Nueva Alianza, es el mejor medio para llegar a nuestro último fin: La unión en esta vida y en la futura con Jesús.

La autora es laica católica.

COMENTARIOS

  1. Bud Spencer
    Hace 11 años

    Santa Madre de Dio ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, amen.

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