Eugenio Frater EFE
El estrés influye de entre un 15 y 20 por ciento en los accidentes de tráfico, llegando a duplicar y triplicar el riesgo de que ocurran. Ello se debe a que las personas estresadas se vuelven más competitivas al volante, aceptan mayores niveles de riesgo y velocidades, y transgreden más las normas de seguridad.
Para paliar el estrés al volante se recomienda a los conductores usar ropas holgadas, ventilar el vehículo periódicamente, poner la radio para evadirse de los problemas en lugar de “vociferar” y evitar realizar otras tareas además de conducir.
Cuando se expone entre 35 y 40 grados centígrados, el conductor puede estar afectado como si tuviese una tasa de alcoholemia de 0.8 g/l, con lo cual no puede percibir el 15 por ciento de las señales de tráfico y aumenta su tiempo de reacción.
Es recomendable usar el aire acondicionado o baje las ventanillas.
También es importante hidratarse frecuentemente para reponer fuerzas en caso de sentirse fatigado.
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Los expertos también aconsejan a quienes conducen no mirar constantemente al reloj durante un atasco, evitar fijarse una hora de llegada y comportamientos como tocar el claxon o realizar gestos hostiles a los ocupantes de otros vehículos o peatones porque generan más tensión nerviosa.
Para mantenerse tranquilo frente al volante se aconseja ceder ante los conductores “odiosos”, ser suave en la carretera, ya que es el lugar menos adecuado para ser agresivo, así como no luchar contra el tráfico, sino dejarse llevar por este, y escuchar una música agradable para olvidarse de los problemas.
Una de las distracciones más frecuentes al volante consiste en no respetar la llamada distancia intervehicular o “de seguridad”.
La sencilla precaución de dejar libre un espacio suficiente entre el vehículo que conducimos y el que nos precede salvaría nuestra vida y la de quienes nos acompañan si sufrimos un accidente en la carretera.
Si circulamos a cien kilómetros por hora y el vehículo que va delante de nosotros frena de forma brusca obligándonos su vez a pisar el freno el impacto mataría al menos a dos ocupantes de nuestro coche, si solo hay 28 metros de distancia entre ambos vehículos.
En cambio, si la distancia de seguridad asciende a 50 metros, la velocidad de impacto se reduce y los ocupantes no perderían la vida, aunque tendrían heridas de diversa consideración, según un informe del Real Automóvil Club de España (RACE).
¿RÁPIDO Y FURIOSO?
Otro dato importante. Según un equipo de psiquiatras de Santa Ana, California (EE. UU.) saltarse los semáforos en amarillo o en rojo para ganar tiempo, ponerse rabioso en silencio o gritar obscenidades a otros conductores son actitudes que además de ser responsables de muchos accidentes, pueden favorecer la hipertensión arterial y las cardiopatías.
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