Una mujer joven se queja de un fuerte dolor a nivel “de la nuca” o región cervical de la columna vertebral, tanto que su vida personal y laboral se ha afectado.
Todo comenzó un año atrás cuando un descuidado chofer de transporte colectivo colisionó su automóvil por la parte trasera.
Tanto fue el impacto de la colisión que produjo el efecto, que consiste en que el cuello inicialmente se va hacia adelante (flexión) y después hacia atrás (hiperextensión) experimentando una de las secuelas más comunes en los accidentes de tránsito, que es el síndrome de latigazo cervical (SLC) o “whiplash”.
Este tipo de lesión cervical por flexión-hiperextensión lesiona músculos, ligamentos y articulaciones del cuello y suele verse con más frecuencia en jóvenes, mujeres y personas altas.
Quienes padecen este SLC se quejan de dolor intenso en el cuello o la “nuca”, en especial cuando realizan movimientos. Un signo de alerta constituye que el dolor se irradie a los brazos o el paciente diga que los siente como “dormidos o acalambrados”.
El paciente refiere además dolores de cabeza, mareos y sensación de inestabilidad al caminar o estar de pie. Hay zumbidos en los oídos y alteraciones para ver.
Pueden presentarse complicaciones como hernias discales o fracturas de vértebras, en especial en niños menores de 4 años, porque no se han solidificado los huesos.
La importancia que tiene el SLC es la duración de los síntomas: el cincuenta por ciento resulta afectado de entre uno y tres meses, el cuarenta por ciento como promedio un año y diez por ciento queda con secuelas diversas para toda la vida, entre ellas dolor crónico.
Recordemos que afectará la calidad de vida de los que sufren secuelas permanentes por la ansiedad y depresión que el trastorno produce. Para prevenir este tipo de lesiones en un 40 o 50 por ciento, use siempre cinturón de seguridad y el reposa-cabeza del asiento. Evite colisiones automovilísticas de todo tipo.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 B
