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VIDA
Lejos de convertirse en una de esas mujeres obsesionadas por el físico, Salma vive tranquila y presume de curvas. De hecho ella afirma que no se somete a las duras dietas que siguen muchas de sus compañeras de profesión. “Estoy en el límite de la gordura porque me encanta la comida y el vino”, comentaba a la revista. “Esto no es lo mejor para vivir en el mundo del espectáculo, pero es bueno para mi estado de ánimo. Estoy feliz porque como”.
Y en este punto Salma dio un paso más y confesó cuál es el secreto de lucir un aspecto tan fantástico y saludable: comer. “Tengo 46 años y no tengo ni una sola pizca de botox sobre mi cara ¿Sabes por qué? ¡Porque como! Como verduras, como hidratos, no me privo de nada. Si haces demasiado ejercicio y no comes lo suficiente eso se nota después en tu piel y por eso se acelera el envejecimiento”, apunta.
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