Lucydalia Baca Castellón
Invertir en la construcción de un reservorio para almacenar el agua de lluvia que drenan las lomas y montañas es una de las alternativas que están aplicando algunos productores del país para garantizar la producción de alimento durante la época de verano y disminuir los costos de producción.
Alfonso Hanón Thorn es uno de ellos. Invirtió 30,000 dólares en la construcción de un reservorio, muy cerca de donde siembra arroz con lo que ha logrado disminuir los costos del riego del grano de 300 a 50 dólares por manzana. “Bombear el agua desde un pozo artesiano a cien pies de profundidad requiere 300 dólares en gasto de energía eléctrica. En cambio la de la presa solo la tenemos que levantar 17 pies, eso solo cuesta 50 dólares”, explica Hanón.
Con el volumen de agua almacenada este productor se ahorrará unos 85,000 dólares en la siembra de 340 manzanas de arroz que tradicionalmente hace durante el invierno. En el verano, el agua almacenada le garantizará el riego de al menos 23 manzanas a un costo de 50 dólares cada una.
En Jalapa los productores beneficiados duplicaron el rendimiento en las cosechas de granos básicos durante el verano.
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La obra también beneficia al medioambiente al facilitar la reutilización de las aguas que drenan las parcelas cercanas y a través de canales llegan a la presa. Esto evita que los desechos de químicos que arrastran desde las plantaciones lleguen a los cuerpos de agua cercanos. El cultivo de tilapia es un negocio opcional que propicia esta inversión. Hanón ya contempla la construcción de otros dos reservorios en su finca El Coyol, en Malacatoya.
La construcción de esta presa con capacidad de 160,000 metros cúbicos de agua, marca el fin del proyecto piloto Cosecha de Agua, que desde 2009 desarrolla el Fondo Latinoamericano para Arroz de Riego (FLAR), la Asociación Nicaragüense de Arroceros (Anar) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) con el financiamiento del Fondo Común de los Productos Básicos de Holanda (CFC por sus siglas en inglés).
REDUCIR VULNERABILIDAD
El experimento se desarrolló paralelamente en Nicaragua, Costa Rica y el sur de México. Danilo Cortez, director ejecutivo de Anar, señala que la meta era incrementar las actividades productivas en zonas afectadas por la sequía, generar más empleos, producir más y mejores alimentos y reducir la pobreza.
Según Cortez, de los tres países participantes, la experiencia de México fue la más exitosa porque la Secretaría de Agricultura se sumó a este esfuerzo y ha proporcionado dinero para la construcción de cientos de presas especialmente en la zona de Chiapas.
En el caso de Nicaragua el proyecto permitió la construcción de 11 represas, en comunidades de Quilalí, Somoto, Jalapa, León, La Paz Centro y Malacatoya. Las dimensiones de estas van desde los 4,000 hasta los 183,000 metros cúbicos de capacidad de almacenamiento.
Aunque se considera que los terrenos ubicados al pie de dos o más elevaciones son las más propicias para la construcción de las pilas, la efectividad lograda en Malacatoya demostró que cualquier lugar es propicio, señaló Edward Pulver, coordinador del proyecto.
En las zonas donde el riego tradicional no es accesible por los altos costos, esta agua represada le permite a los productores asegurar sus propios sistemas de riego durante el verano. Los pueden instalar a través del método de gravedad, goteo o aspersión, para garantizar el éxito de las cosechas. Además implica una mayor productividad que cuando se depende exclusivamente de las lluvias.
En proyecto es novedoso en el país, pero en Brasil y Uruguay existen más de medio millón de estas represas.
LAS VENTAJAS
Aunque la represa de la finca El Coyol está ubicada cerca del río Malacatoya, esta no necesita ningún cuerpo de agua cerca, ya que únicamente atrapa agua de las lluvias. Otra de las ventajas es que su construcción es mucho más rápida y barata que la de un pozo artesiano.
El costo de remoción de la tierra para la construcción de la represa oscila entre 3 y 5 dólares por metro cúbico. Luego deben colocarse algunas capas de material selecto para evitar filtraciones y construir un muro de contención y canales para la distribución del agua. El proceso lleva entre 4 y 6 semanas. El mantenimiento se limita a la siembra de zacate en los alrededores para evitar la erosión provocada por las lluvias.
Al final el costo del agua termina siendo menos de cinco centavos de dólar por metro cúbico, explicó Pulver, quien asegura que “la cosecha de agua es la forma más barata y sostenible
Los ejecutores del proyecto agradecen el apoyo de las alcaldías y el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) en la selección de los lugares más idóneos para la construcción de las presas. Sin embargo, lamentan que las autoridades del Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) no haya acogido el proyecto como ocurrió en México. Y aseguran que su continuidad depende del apoyo que el Gobierno pueda darle en el futuro.
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