Washington/EFE
Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, el demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Romney, recalibran contra reloj sus estrategias para conquistar a indecisos e independientes y el reto, según los expertos consultados, es generar dudas sobre la fiabilidad del rival.
Mientras, un funcionario de alto rango de la administración de Obama cree que “el presidente seguirá haciendo lo que hasta ahora, de explicar al pueblo estadounidense hacia donde cree que debe ir el país y comparar su visión con la de Romney”.
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Aunque el único debate, el jueves en la noche, entre los candidatos a la vicepresidencia, el demócrata Joe Biden y el republicano Paul Ryan, no generó un claro ganador, los expertos coinciden en que Biden insufló energía a la campaña de Obama.
“Biden aportó a la campaña la energía que necesitaba. La semana próxima tendremos otro debate y la campaña de Obama tendrá que reforzar los argumentos que expuso Biden y desacreditar a Romney”, expresó Israel Navarro, editor para América Latina de la revista Campaigns and Elections .
Obama tendrá que detallar “sus medidas para crear empleos, sus estrategias en Irak y Afganistán y su plan para un segundo mandato” y exigir que Romney “explique sus recortes presupuestarios” y su política exterior, agregó.
Héctor Schamis, profesor de la Universidad de Georgetown, consideró que Romney debe seguir destacando la anémica economía, el incumplimiento de las “grandes promesas” que hizo Obama en 2008, y que los republicanos “pueden terminar o avanzar con la recuperación”.
El electorado de EE.UU. “confluye hacia el centro” y en este ciclo electoral el hilo conductor seguirá siendo “empleos, empleos y más empleos”, señaló el académico, quien agregó que Obama debe seguir vendiendo sus logros y, parafraseando a Winston Churchill, subrayó que su error estratégico fue no comunicar bien que la crisis era peor de lo esperado y que el camino a la recuperación sería “sangre, sudor y lágrimas”.
Alan Lichtman, profesor de American University, quien vaticina una victoria para Obama, señaló que “los debates presidenciales no deciden las elecciones” y estas dependen “del desempeño del partido gobernante”. “Los debates pueden ayudar a Romney a salvarlo de la irrelevancia” si articula una real alternativa a Obama, agregó Lichtman, quien ayudó a elaborar una fórmula que desde 1982 ha identificado correctamente al ganador.
La campaña de Obama reconoce la necesidad de ajustar su estrategia y lo hace, precisamente, destacando que Romney es una “veleta” que cambia de postura por conveniencia política.
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