Las autoridades nicaragüenses advirtieron que los sismos que ocurren en tierra firme, aunque sean de magnitud inferior en la escala abierta de Richter a los que se registran debajo del mar, tienen mayores probabilidades de afectar a la población.
“Cualquier sismo de magnitud 3, 4 o 5 (en la escala de) Richter a profundidades someras (en tierra seca), de 0 a 14 kilómetros, puede causar daños y destrucción, especialmente si las viviendas no son muy resistentes”, señaló la directora de Geofísica del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), Angélica Muñoz.
Según datos del Ineter, el 80 por ciento de los 235 temblores registrados en agosto pasado ocurrieron en la zona de subducción, el punto de choque entre las placas tectónicas Coco y Caribe, en el litoral Pacífico, y el otro 20 por ciento en tierra firme y a esos últimos le dieron más seguimiento.
Es que “la mayoría de la población nicaragüense habita en zonas con muchas fallas geológicas”, explicó por su lado el jefe de proyectos de la Defensa Civil, Álvaro Rivas.
El funcionario observó que en el Pacífico también está ubicada una cadena volcánica, que produce sismos, lo que obliga a redoblar la protección a la población en esa zona. Managua, la capital, habitada por 1.4 millones de habitantes, es atravesada por 28 grandes fallas geológicas.
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