El padre Juan Luis Carvajal, a cargo de la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Guatemala, lamentó que los indocumentados centroamericanos “están sufriendo las consecuencias del vandalismo de los sicarios” que están vinculados al narcotráfico.
En nombre de los organismos defensores de los migrantes, el padre González demandó que “los Estados se interesen por el dolor. Nos parece que en este tema de la migración hay que darle mayor importancia al dolor que al dólar”.
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El padre Carvajal señaló que estos grupos delictivos secuestran a los migrantes de la región y después hacen llamadas tanto a Estados Unidos (donde estos tienen parientes) como a Centroamérica, donde quedaron los otros miembros de la familia, “pidiendo grandes cantidades de dinero para entregar a la persona. En unos casos se ha logrado el rescate, en otros a pesar que se ha depositado el dinero en algunos bancos, el migrante o la migrante ha perdido la vida”.
SACERDOTE DEMANDA APOYO A GOBIERNOS
El sacerdote demanda mayor responsabilidad de los gobiernos centroamericanos, pues consideró que hay poco interés sobre el tema de parte de los Estados y sobre todo pocos fondos utilizados para la ayuda de las personas, incluso para repatriar los cadáveres localizados.
Los organismos defensores de los migrantes, en su comunicado emitido ayer en Guatemala, piden que las autoridades investiguen o exijan la investigación de los migrantes desaparecidos en el camino, así como un banco de ADN en Guatemala para facilitar la localización de los mismos.
Según el padre Carvajal, hay algunos proyectos pero son esfuerzos de algunas organizaciones de Argentina o México que llegaron a tomar la prueba del ADN a familiares de 45 personas en Quetzaltenango, pero estiman que hay más casos.
MISA EN CATEDRAL DECIUDAD GUATEMALA
El padre Carvajal junto con el padre José Luis González, del Servicio Jesuita para Migrantes, celebró una misa en la catedral metropolitana en Ciudad Guatemala para pedir por el éxito de la caravana y recordó que las familias de los indocumentados desaparecidos no denuncian por temor a represalias o amenazas, porque tras las desapariciones están coyotes, muchas veces las mismas autoridades que llegan a entregarles documentos falsos para hacer el recorrido por territorio mexicano.
“México es ahora la tumba de muchos migrantes, de muchas mujeres, niños y más”, denunció el padre Carvajal.
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