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Tras seis años de separación, el hondureño Gabriel Salmerón Hernández, de 31 años, pudo reencontrarse con su madre Olga Marina Hernández. LAPRENSA/MS ActionAid Denmark.

Segundo milagro en la caravana

Mientras la caravana de madres avanza en su recorrido por estados mexicanos, un segundo encuentro fue posible ayer en Monterrey, Escobedo, Nuevo León.

Elízabeth Romero

Mientras la caravana de madres avanza en su recorrido por estados mexicanos, un segundo encuentro fue posible ayer en Monterrey, Escobedo, Nuevo León. Al igual que como sucede a varios de los migrantes que ven frustrados sus intentos por llegar a Estados Unidos, tras seis años de separación con su familia, el hondureño Gabriel Salmerón Hernández, de 31 años, pudo reencontrarse con su madre Olga Marina Hernández.

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Familiares de migrantes desaparecidos, en Chinandega, El Viejo y León, dan seguimiento al recorrido de las madres con la esperanza de que retornen sin problemas y hallen pistas de sus parientes.

María Lizandra Santamaría Gutiérrez, del reparto Alejandro Dávila Bolaños, está pendiente del Diario LA PRENSA y de Internet para conocer el recorrido de su madre Rosa María Gutiérrez en la caravana, quien espera encontrar señales de su hijo Nelson Javier Gutiérrez, padre de dos niños.

Meylin Judit Rivas Quiroz y sus cuatro hermanos quedaron bajo el resguardo de la abuela Guadalupe Rivas García pues su madre los abandonó. Doña Guadalupe por segunda ocasión busca a su hijo Álvaro Blas Rivas, quien viajó hace ocho años en busca de trabajo.

“Mi abuelito Pablo Briceño y mi tía Alejandra Briceño van al cyber para saber cómo está mi abuelita en México, sabemos que esos lugares son peligrosos, por eso pedimos en oración que estén protegidos”, dijo. Saul Martínez

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En un programa previamente preparado para el reencuentro en el centro de rehabilitación para adictos del Ministerio Cristiano Cristo Vive, Salmerón tras fundirse en un abrazo con su madre, ofreció su testimonio de los momentos vividos cuando, según aseguró, resentido por el tipo de vida que llevaba en Honduras salió rumbo a Estados Unidos. En su país había sido miembro de la Mara Salvatrucha y adicto a las drogas. “Llegué a Estados Unidos creyendo que allá iba a ser diferente, pero no. Fracasé, fui deportado a Honduras”, manifestó mientras dirigía el culto evangélico.

Salmerón relató ante un grupo eufórico que se rehabilita en ese centro que en un segundo intento cruzó la frontera de El Ceibo por El Naranjo, Guatemala, “fue cuando me topé con aquella bestia que mata a las personas… que es el sufrimiento para muchos centroamericanos que vienen”, comenta Salmerón refiriéndose al tren de carga que tantas veces los migrantes buscan abordar por estados mexicanos y que muchos encuentran la muerte o quedan mutilados.

El hijo de Hernández nunca pudo cruzar las fronteras y deambuló por las calles del estado de Nuevo León. “Vagabundeé, pedía una moneda en las calles”, dijo Salmerón Hernández, al tiempo que agregó: “Yo nunca pude hablarle a ella, porque quedé loco en las calles”. Al ingresar al salón madre e hijo se fundieron en un solo abrazo.

Sin embargo, después que se rehabilitó Salmerón no supo explicar sobre los motivos que tuvo para no intentar acercarse a su madre, que por segunda vez recurrió a la caravana centroamericana de búsqueda de migrantes para reencontrarse con su vástago.

El primer reencuentro ocurrió en Tenosique, Tabasco, cuando Venancio Mateo y Silveria Campos se reencontraron con su hijo Cervelio Mateo.

MOMENTOS DIFÍCILES

La caravana partió ayer por la mañana rumbo a Monterrey. Fray Gallardo explica la difícil situación que enfrentan los migrantes a su paso por varios estados mexicanos. “Esto es guerra, los cazan desde helicóptero”, dice , para resumir el trato que las autoridades migratorias les dan a los migrantes en esta zona fronteriza cuando intentan cruzar a Estados Unidos, tan solo dividido por el río Bravo, cuyas aguas han cobrado cantidades no precisadas de víctimas.

Y aunque el religioso considera que por este lado de la frontera mexicana ha disminuido la cantidad de migrantes centroamericanos, sudamericanos y mexicanos que transitan, pues ahora buscan al noroeste de Laredo la Casa del Migrante de Reynosa que lleva el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe, donde reciben un promedio diario de cien migrantes y en igual cantidad están retornando a esta ciudad deportados de Estados Unidos.

“Yo siempre les digo que estamos a las puertas de Estados Unidos, pero Estados Unidos tiene las puertas cerradas, especialmente para aquellos que no tienen papeles legales para irse a trabajar a ese país y buscar el famoso sueño americano”, señala el sacerdote Gallardo, quien considera que las deportaciones a México que hace Estados Unidos muchas veces pueden tratarse de centroamericanos que por la falta de documentos adquieren identidad mexicana para evitar ser regresados a sus países de origen.

Las madres nicaragüenses junto a hondureñas, guatemaltecas y una salvadoreña llevan seis días de recorrido por México en busca de sus parientes. En esta travesía tienen como anfitriones al Movimiento Migrante Mesoamericano de México, pero en Nicaragua recibieron el apoyo del Servicio Jesuita para Migrantes y de MS-Action Aid Dinamarca.

Nacionales Caravana Honduras madres Nicaragua archivo

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