En un beisbol tan pequeño como el de nosotros, todas las partes deberían moverse en la misma dirección, es decir, no debería implicar tanto trabajo articular planes y alinear calendarios.
Distinto es en otros países donde hay tantas actividades deportivas y el beisbol tiene una agenda apretada, que necesita una precisión tremenda en su planificación a fin de alcanzar metas.
Pero aquí, las piezas no están cohesionadas, a pesar que por ejemplo, el proyecto de la fase eliminatoria para el Clásico, estaba definido con mucha anticipación. Se sigue jugando a lo que salga.
Denis Martínez se queja y con razón, que entrenar una vez a la semana para no parar la Liga Profesional, no es lo correcto. Aquí entonces, se debería precisar qué es lo que se quiere al ir a Panamá.
Si es más importante la Liga Profesional, entonces se debió haber hablado con Denis desde mucho antes y plantearle la situación en la que se iba a mover. A juzgar por lo que dice, no lo sabía.
Si lo más importante es ir a Panamá a pelear el boleto hacia el Clásico, entonces se debió haber calendarizado todo en función de ese objetivo. Pero tampoco se hizo y eso crea conflictos.
El problema sigue siendo la falta de planificación. Es natural que eso no resolverá todos los imprevistos, pero los reduciría. Mientras no se tenga un plan, vamos a seguir dando bandazos.
La prioridad debería ser la Selección Nacional. Se trata del equipo del país. Pero si las cosas se planificaran bien, el engranaje podría funcionar bien para beneficio de todas las partes que hacen beisbol.
Una vez más queda la impresión que el tiempo se vino encima y nos agarra movidos de frente al reto de Panamá.
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