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Wilfredo Montalván

Paz, revolución y elecciones

Evocando a Shakespeare, los nicaragüenses hoy día podríamos exclamar: “No hay ahora una espada rebelde desenvainada, y la paz pasea por todas partes su rama de olivo”.

Indudablemente que este es el estado permanente en que desearían vivir todos nuestros compatriotas, porque es en la paz en donde se concretan las más bellas ilusiones y donde se forja el progreso y el desarrollo de todas las naciones.

Pero la paz permanente de que hablamos es la que se asienta en el Estado de Derecho; en el respeto a la Constitución y a las Leyes; y en el acatamiento a la voluntad popular libremente expresada en elecciones periódicas, justas y honestas. Por eso el gran prócer mexicano, Benito Juárez, nos recuerda que “el respeto al derecho ajeno es la paz”.

De ahí que la paz que hoy se vive en Nicaragua es una paz falsa y mentirosa. Porque se basa en una imposición burda y arbitraria; porque se fundamenta en el filo de las bayonetas listas a esgrimirse en manos del Ejército y de la Policía y porque el gobierno convocante a las próximas elecciones municipales es producto de un monstruoso fraude orquestado por la camarilla frentista y por sus prosélitos, encabezados por el señor Daniel Ortega y su familia, secundado por un Consejo Supremo Electoral (CSE) corrupto y degenerado.

Esa no es la paz que deseamos los nicaragüenses dignos, justos y honrados. Los que se han montado en el tren del fraude —dos han habido y un tercero que se avecina— si consultasen los anales de nuestra historia y pusieran oído atento al mandato de sus conciencias sabrían que no es ese el camino más idóneo para sacar a nuestro país de la pobreza y salvaguardarlo de futuras confrontaciones.

Los que tal hacen, consciente o inconscientemente, están conduciendo el país a una nueva revolución, que en otras condiciones nadie desearía, pues están creando el caldo de cultivo en que estas se desarrollan, ya que como decía el principal impulsor de la Revolución Bolchevique, Vladimir Ilich Ulianov (Lenín): “Las revoluciones no se convocan; nacen, crecen y maduran por sí solas”.

En otras palabras: los frentistas, con su actitud sectaria y prepotente, lo que están haciendo es incubando las condiciones objetivas y subjetivas que propician el surgimiento de una nueva revolución en Nicaragua, con fatales consecuencias hasta para ellos mismos y para sus áulicos seguidores.

Es verdad de Perogrullo que si no concurren los que se sienten opositores a la farsa electoral del próximo 4 de noviembre le dejarán el espacio libre al FSLN, como partido único, para que consolide su dictadura.

Pero es más vergonzoso todavía que estén llamando al pueblo a participar en una pantomima cuyos nefastos antecedentes son ampliamente conocidos nacional e internacionalmente; es un verdadero crimen de lesa patria que mancillen la dignidad ciudadana invitando al pueblo a que legitime a unas autoridades salidas del escritorio de la pareja Ortega-Murillo; y es una franca aberración jurídico-política que el conglomerado nicaragüense sea llevado, como Isaac en brazos de Abraham, al altar del sacrificio cuando ya se conocen los resultados.

La mayoría de los nicaragüenses en el extranjero pensamos que nuestros conciudadanos no deben prestarse a esta nueva burla que pretenden perpetrar los frentistas, en contubernio con el CSE este próximo 4 de noviembre, con las mal llamadas elecciones municipales. Muy por el contrario, quedándose en sus casas y protestando, si les es posible, deben de expresar su repudio con dignidad y decoro frente a esta nueva acción delictiva de los que hoy ostentan fraudulentamente el poder en nuestra desventurada patria.

Tiempos vendrán, y en no lejano día, en que todos podremos ir a votar con justicia y libertad y con la seguridad de que nuestra voluntad será respetada en la elección de nuestras legítimas autoridades nacionales y municipales.  

El autor es Secretario General de la Asociación de Nicaragüenses en el Extranjero (ANE)

Opinión elecciones olivo paz archivo

COMENTARIOS

  1. jose perez
    Hace 11 años

    Debería la UAF ( Unidad de análisis de fraudes ( financiero ), entrar en acción e investigar el fraude que ya esta bien montado, y la policía bien podría investigar esto a caso no es un delito que se esta cometiendo ,donde esta el fiscal electoral ,todos son un atajo de sinvergüenza ,le quedan chingo a Maquiavelo . no existe el estado de derecho en este país ,creen ellos que nadie se da cuenta .

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