Nada de milagro
La Selección Nacional que el domingo ganó la Serie de Las Américas de beisbol infantil “AA”, demostró que una verdadera planificación es la clave para el triunfo, pues no fue un golpe de suerte o un milagro lo que llevó a este equipo a quedarse con el título, sino el trabajo previo.
Oscar González Morales
La Selección Nacional que el domingo ganó la Serie de Las Américas de beisbol infantil “AA”, demostró que una verdadera planificación es la clave para el triunfo, pues no fue un golpe de suerte o un milagro lo que llevó a este equipo a quedarse con el título, sino el trabajo previo.
Desde el 2009, la Federación Nicaragüense de Beisbol Asociado (Feniba) inició un trabajo enfocado en la pelota infantil del país, como un paso para la mejoría de este deporte en general.
Es así, que los jóvenes de 11 y 12 años que fueron parte de este equipo, han sido parte de un seguimiento desde categorías inferiores, según explicó a LA PRENSA Nemesio Porras, presidente de Feniba.
Del 26 de octubre al tres noviembre, se realizará la Serie de Las Américas de beisbol juvenil “A” en Tegucigalpa, Honduras, en la que actuará un equipo nacional.
La siguiente participación será en la Serie de Las Américas infantil “A”, del tres al 11 de noviembre en Guatemala.
El año pasado Nicaragua se quedó con las medallas de bronce de los Panamericanos infantil “A” y “AA”. En 2010 también se ganó bronce en infantil “A”, en Panamá. Y se espera que la cosecha de buenos resultados siga creciendo.
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Según el dirigente y exjugador, el primer parámetro para conformar primero la preselección fue el desempeño de los jugadores en el Campeonato Nacional de esta categoría, pero en su mayoría estos niños ya tenían un paso adelante, por su experiencia.
“Se le ha dado seguimiento a la mayoría de estos niños desde hace dos o tres años, en torneos municipales, departamentales y nacionales, hasta ya han sido seleccionados nacionales desde que tenías nueve o diez años”, relató Porras.
Pero para el máximo dirigente de la pelota en el país, ese seguimiento no se puede dar sin los recursos necesarios, los que según él son dados por el Gobierno de la República, además de los aportes importantes de la empresa privada.
Otro factor relativo al seguimiento de los jugadores es la preparación y designación de entrenadores especializados en el beisbol menor, como es el caso de Jorge Luis Avellán, un exseleccionado nicaragüense que ahora trabaja como entrenador general de las selecciones infantiles.
Avellán, además de sus conocimientos sobre el beisbol y desarrollo de peloteros, tiene una gran capacidad para el trato hacia los niños, que en si requiere un conocimiento extra.
Feniba ha estado preparando y sigue preparando más entrenadores con estas características, como Lester Loáisiga, Ramón Padilla, Aníbal Vega, Henry Roa, Luis Soto, entre otros.
Para Avellán, el sistema que utiliza Feniba funciona, aunque dice que se puede mejorar, para conseguir mejores resultados y desarrollar peloteros de buen nivel para todas las categorías del beisbol.
“Se debería hacer un equipo de trabajo, que vaya desde los dirigentes y entrenadores locales, que le puedan dar un mayor seguimiento a los niños una vez que concluyen su participación en selecciones”, señaló Avellán.
Es precisamente esa idea la que quiere poner en práctica Feniba, aunque eso requiere más recursos, que serían una inversión efectiva de conseguir poner en práctica esta idea.
Otro aspecto que muchas veces le ha jugado en contra a los equipos nicaragüenses es el llamado biotipo de peloteros, ya que el jugador nacional suele ser pequeño, mientras que equipos como México, República Dominicana, Estados Unidos, entre otros, presentan peloteros de mayor tamaño y fuerza que les ofrecen una cierta ventaja.
Al respecto, Porras dijo que ahora hay niños más grandes en los equipos nacionales, aunque este es un aspecto que no le genera mucha preocupación, ya que se ha demostrado que si se juega un buen beisbol se ganará, sin importar la diferencia de tamaños entre jugadores, tal como lo hizo este equipo campeón.
Nicaragua además ha albergado torneos panamericanos en el país, ha aumenta su participación en eventos internacionales fuera de la nación y se ha procurado el entrenamientos de los equipos antes de cada actuación en el extranjero.
En esta ocasión, por ejemplo, el equipo nica se preparó durante un mes, en las primeras dos semanas con cuatro sesiones de viernes a domingo, y las últimas dos con sesiones diarias.
La esperanza de más triunfos, del desarrollo de más peloteros de élite y del resurgimiento de nuestro beisbol ahora descansa en estos jóvenes que actuaron en este evento, y más aún de las próximas generaciones, que podrían contar con un mejor plan de trabajo.
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