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En Irapuato, Guanajuato, séptimo Estado visitado por la caravana de madres, las mujeres fueron respaldadas por la Red del Bajío de apoyo al migrante; las madres demandan que el gobierno de México asuma la búsqueda. LA PRENSA/CORTESÍA

“Historia de terror”

A todas horas del día, en cualquier momento, se escucha el silbido del tren carguero anunciando su paso por San Luis Potosí. Muy cerca de la vía está ubicada la Casa del Migrante, de Cáritas de la Iglesia católica.

Elizabeth Romero

A todas horas del día, en cualquier momento, se escucha el silbido del tren carguero anunciando su paso por San Luis Potosí. Muy cerca de la vía está ubicada la Casa del Migrante, de Cáritas de la Iglesia católica.

Los migrantes en el albergue salen a la vía y como si se entrenaran para la partida buscan subir a los vagones, de los que bajan poco después; quizás para demostrar a sus compañeros que están en buenas condiciones para cuando llegue la partida, dispuestos a enfrentar la odisea que representa subir a la “bestia”.

El lunes las madres centroamericanas se reunieron con el director de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado de San Luis Potosí, Javier Reynoso Reyes, donde según un legislador local “los centroamericanos son carne de cañón” para los narcos.

[doap_box title=”Una pista de vida” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

De San Luis Potosí la caravana pasó a Irapuato, Guanajuato; es el séptimo Estado visitado, donde fueron respaldados por la Red del Bajío de apoyo al migrante.

En este lugar la delegación de Honduras volvió a tener pistas sobre Nelson Adalid Guerrero Olivas, de quien tuvieron también referencias en Saltillo, Coahuila.

Esta vez fue Rosa Flores quien aseguró que cada ocho días llega a calle Rancho Guadalupe en Nuevo León Guanajuato.

Otra persona, “Juan”, dijo haber visto hace seis meses a Alberto Sadaí Espinoza Olivas, hijo de la hondureña Dorca Espinoza, quien en las cercanías del migrante en San Luis Potosí también fue sorprendida por la versión que le dio un migrante: “A su hijo no lo busque, estaba con Los Zetas”. Ella rechaza esa posibilidad. Su hijo no puede ser ese.

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Hay casos donde a unos les va bien porque los grupos les pagan, pero a otros les va mal porque se los llevan a la fuerza.

Contrario a lo que pasa ahora, antes aquí no había mucha incidencia de los cárteles, pues siempre prevaleció el grupo de Los Zetas, hasta que estos empezaron sus pleitos internos.

Esta es una zona geográfica de paso, donde la única vía para seguir a la frontera es San Luis Potosí. Las madres tenían muchas inquietudes que plantearon al funcionario forense: ¿Hay fosas comunes? ¿Dónde colocan los cuerpos? ¿Se pueden hacer comparaciones de ADN?

Los registros de más de 80 cuerpos fotografiados, personas que han muerto de forma violenta en este lugar, están aún sin identificar desde 2009. La morgue tiene capacidad para mantener 30 cadáveres y los más antiguos se van a la fosa común.

“Son personas que murieron porque hubo enfrentamientos entre cárteles, contra el Ejército, con los federales, personas que las ejecutaron, las encontraron en algún vehículo cuando ha habido algún enfrentamiento; no necesariamente son compañeros del mismo cártel, sino que murieron cuando iban retenidos”, expresó el funcionario mexicano.

Aquí desde 2009 aumentó la cantidad de muertos desconocidos. En 2001, por ejemplo, no había muchos casos: entre 10 y 15 cuerpos al año a las fosas comunes. Ahora hay un cementerio donde los desconocidos son depositados después de registrarlos con un número.

Si son recientes les toman fotografías y registran algunas señas particulares, tatuajes, cicatrices.

Las madres llevaban expectativas de ver fotografías de los muertos registrados en esa institución, pero no fue posible.

Las autoridades acordaron mejorar las coordinaciones para conocer mayor información de los casos registrados. Reynoso explicó que no muestran las fotos porque muchas madres confunden a sus hijos o hijas y concluyen las búsquedas con la justificación de que ya descansan en paz.

Las autoridades prefieren que el familiar les ofrezca los detalles, con señas particulares de la persona buscada, para así determinar si coincide con los registros.

Martha Sánchez, coordinadora del Movimiento Migrante Mesoamericano, calificó la situación de los migrantes en México como “una historia de terror”.

Ahora impera en la ruta el secuestro y la violación del 80 por ciento de las mujeres migrantes, en muchos casos por funcionarios corruptos del gobierno mexicano.

A partir del 2006 hay una estimación que hacen los académicos —porque no hay cifras oficiales— de cuántos son los migrantes desaparecidos: entre 70 mil y 120 mil en este período de la llamada guerra contra el narcotráfico, dijo Sánchez.

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