Raúl Amador Somarriba (*)
El término Bolsa de Valores puede resultar lejano para muchos y quizás solo se asocie a unos agitados ejecutivos que miran con tensión una franja de indicadores, mientras suena de fondo el clin-clin de una campana. Lo anterior es válido, sin embargo es solo la trastienda, ya que en el mercado de valores ocurre más que esto y lo mejor es que no solo es para “grandes comerciantes”, como se cree.
En términos figurativos la Bolsa de Valores es un mercado virtual. Esta tiene un origen privado y funciona como sociedad anónima con presencia de la banca privada y estatal, además de grupos empresariales sólidos que representan diversos sectores económicos. Su existencia garantiza la transparencia de las transacciones bursátiles, lo que da seguridad a cada usuario y beneficiario indirecto.
Aquí se realizan numerosas inversiones financieras que intervienen en la economía, ya que mueven capitales empresariales, personales y del propio Estado, lo que influye en el desarrollo financiero nacional. Entre estas acciones destaca la compra y venta de títulos valores que son documentos mercantiles que funcionan como forma de pago o de crédito, siendo los más conocidos los cheques, pagaré y letras de cambio.
Entre otros instrumentos de inversión facilita negociaciones especiales como la compra de acciones, bonos, certificados, títulos de participación. En cuanto a su dinámica, la Bolsa es la que registra y autoriza estas emisiones de valores y los Puestos de Bolsa las negocian. En Nicaragua existen cinco Puestos de Bolsa y se encargan de negociar los instrumentos financieros tanto en moneda extranjera como nacional indexada al dólar.
La Bolsa de Valores de Nicaragua (BVDN) surgió por iniciativa del sector privado con el objetivo de impulsar el desarrollo y modernización del sistema financiero nicaragüense, esto en el marco de un proceso de liberalización de mercados emprendido en el país desde 1990. Las primeras operaciones bursátiles se realizaron el 31 de enero de 1994, año que alcanzó ocho mil millones de córdobas.
Esta entidad es el único de valores que existe en el país y es un mercado lleno de oportunidades para inversionistas y emisores de valores. Tanto esta como los puestos han desarrollado en Nicaragua un mercado de valores dinámico y de rápido crecimiento.
Pese a su relativa juventud, el mercado de valores de Nicaragua representa una atractiva alternativa de capital para el ahorrante, inversionistas y empresas en búsqueda de financiamiento no bancario para desarrollar programas de crecimiento empresarial.
Esta actividad ha sido de ventaja, aún en tiempos difíciles. En 2008 ante la crisis económica mundial su poca conectividad y dependencia de los mercados internacionales implicó que no se viera afectada. De hecho, el crecimiento en volúmenes negociados a la fecha ha sido considerable. En este año se transaron 17,595,991 córdobas y aún sin mejoría en el panorama para el país del norte, en 2010 Nicaragua registró el mejor año a nivel histórico de la BDVN, tanto en términos de volumen transado como en valor de transacciones con 89 millones de córdobas. Cifras muy alentadoras a nivel macroeconómico.
Esperamos que esta breve reseña ofrezca la oportunidad de conocer sobre este espacio financiero y su importancia para el país. En nuestra próxima edición abordaremos sobre las Bolsas de Valores de mayor importancia a nivel mundial y de las empresas que se cotizan en estas, no sin ante invitarlos que si cuentan con cualquier duda o desean compartir algún comentario sobre esta información, pueden enviarnos su comunicación a [email protected]
(*)Especialista en Mercados Internacionales. Invercasa Puesto de Bolsa.
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