Gloria Picón
La falta de credibilidad en el sistema electoral, la falta de recursos para que los partidos realicen una campaña masiva de llamado al voto y el desánimo de muchas organizaciones que califican el proceso electoral como una farsa puede ser el detonante para que por primera vez en Nicaragua la abstención llegue a cifras jamás vistas en el país, ya que los niveles de participación siempre han sido entre el 55 y 60 por ciento.
En los últimos días el magistrado presidente de facto del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto Rivas, ha insistido en que en América Latina los comicios electorales municipales, siempre provocan más abstención e incluso ha mencionado en un par de ocasiones que en Costa Rica los niveles han llegado hasta el ochenta por ciento, cosa que para el vocero de la Alianza PLI Eliseo Núñez no es nada comparable, ya que en el país vecino la población confía en el poder electoral y las razones de abstención son diferentes.
“El abstencionismo en Nicaragua y en Costa Rica son dos cosas muy diferentes. En Costa Rica es porque la gente conforme con el sistema depositan su confianza en los que quieren ir a votar y saben que no va a haber mayores cambios, diferente es en Nicaragua donde la gente no cree en el sistema y no hay punto de comparación”, indica Núñez Morales, quien agrega que está claro que para estas elecciones en Nicaragua los niveles de abstención van a subir, porque la gente no cree en el sistema.
Miguel Rosales, jefe de campaña del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), también tiene claro que esta vez la abstención va a ser mayor que la acostumbrada y señala varias razones.
CULPA ES DEL SISTEMA
“Hay varias explicaciones, muchas veces se debe a que el ciudadano tiene impedimentos para ejercer su derecho al voto, no es que el ciudadano se abstenga, sino que el mismo sistema se lo impide, gente que no recibe su cédula de identidad y por eso no vota, además cuando el organismo que rectorea las elecciones no tiene credibilidad la gente decide no votar, pero la culpa no es del ciudadano sino del sistema”, explica Rosales.
Según Rosales los partidos políticos tratan de convencer a los ciudadanos para que depositen su voto ya que es la única manera de defender la democracia, pero asegura que están luchando contra un sistema que “agobia al ciudadano y lo termina desmotivando, porque no solo hay que convencer al ciudadano de que hay una opción de cambio, sino que hay que luchar porque el ciudadano crea que su voto y las horas que va a dedicar va a tener validez”.
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