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La economía de España se contrajo por quinto trimestre, lo que socava los intentos de contener un déficit presupuestario que lleva al país hacia un rescate, en tanto las medidas de austeridad mantuvieron la inflación en el punto más alto en 17 meses.
El Producto Interno Bruto declinó 0.3 por ciento en tres meses hasta septiembre, en comparación con un 0.4 por ciento del trimestre anterior, informó ayer el Instituto Nacional de Estadísticas, coincidiendo con los datos divulgados por el Banco de Madrid.
La prolongación de la crisis de cinco años de España, que genera impagos récord de préstamos en los bancos del país, y las reducciones de empleos en compañías como Gamesa SA, presionan al primer ministro Mariano Rajoy en momentos en que este se resiste a solicitar ayuda internacional.
Los aumentos de impuestos que instrumentó Rajoy en el marco de su programa de austeridad deprimen el consumo, también impulsan la inflación, que amenaza con agregar 3,000 millones de euros (3,900 millones de dólares) a la cuenta de jubilaciones del país.
La inflación alcanza el 3.5 por ciento. En tanto, el gobierno español enfrenta un desempleo de 25 por ciento, el más alto de Europa junto con el de Grecia, y una caída del consumo que llevó en septiembre a una declinación récord de 11 por ciento de las ventas minoristas.
“La verdadera discusión debe ser cuánto se extenderá la recesión, y si se analiza el endurecimiento fiscal hay que ser muy conservadores respecto del año próximo”, dijo Martin Van Vliet, economista de ING Bank en Ámsterdam. “Me preocupa mucho la magnitud del endurecimiento fiscal, el hecho de que no alcancen los objetivos de déficit y que Rajoy esté dilatando el pedido de ayuda”.
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