EFE
En su segundo intento desde 2008 para llegar a la presidencia, Romney, que cultiva una imagen de hombre práctico y luce siempre un impecable corte de pelo, ha aplicado el mismo tesón y disciplina que usó como misionero en Francia hace cuatro décadas.
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Mientras pierden elección tras elección a más votantes hombres y blancos, los demócratas confían, a una semana de los comicios presidenciales, más que nunca en cuatro grupos de electores: mujeres, jóvenes y las minorías latinas y negras.
Hace unos días, la hispana Carmen Romí hizo cola desde las cuatro y media de la mañana con su hermana, su hija y su sobrina para ver a Obama en un acto de campaña.
“En cuatro años no se puede arreglar todo lo que se hizo antes, pero estamos saliendo adelante con él”, dijo Romí desde la primera fila del mitin con Obama en Fairfax, Virginia, estado contiguo a la capital estadounidense.
Los hispanos, un grupo electoral al alza que ya representa a más de 20 millones de la población con derecho a voto, apuestan en esta campaña una vez más por los demócratas.
Hispanos contra Mitt Romney
Entre los votantes registrados latinos, el candidato demócrata cuenta con la opinión favorable de ocho de cada diez de ellos, mientras que Romney arrastra un 57 por ciento de electores hispanos en su contra, según un estudio de Latino Decisions publicado este lunes.
Romí y las mujeres de su familia encontraron abundante compañía femenina en el encuentro en Fairfax, como Kandy y Linda, dos amigas blancas y jubiladas que tienen plena confianza en que Obama contará con el apoyo mayoritario del voto femenino.
Para Linda, Obama “tiene mejor reputación entre las mujeres”, y asegura que es gracias a su apuesta por las medidas de planificación familiar, igualdad salarial entre sexos y en política social, “que interesa más a ellas que a ellos”.
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