César Ubeda Bravo
El diputado del Parlamento Centroamericano (Parlacen), Mauricio Díaz, considera que el presidente inconstitucional, Daniel Ortega, seguirá profundizando un modelo caracterizado por asimetrías, por lo que hizo un llamado a constituir una verdadera unidad opositora para enfrentar al régimen.
“Al Gobierno le interesa una oposición desmoralizada, desmovilizada, dividida, abstencionista o exiliada, particularmente en vista de las próximas elecciones. Por ello la unidad opositora es indispensable, fuera de la unidad está solo el suicidio político, el exilio o la traición. La alternativa democrática es la única opción frente a un poder descomunal como el del orteguismo”, expresó Díaz.
Para el diputado parlacénico con el triunfo electoral reeleccionista de Hugo Chávez en Venezuela, Ortega puede ahora ser más arbitrario y autoritario que antes del 7 de octubre pasado, por lo que todo indica que continuará concentrando más el poder.
“Se quedarán esperando quienes creen que el comandante será generoso en la victoria. Por tanto continuaremos viendo la profundización de un modelo caracterizado por asimetrías. Asimetrías sociales, económicas, educativas y culturales son las características más destacables en la configuración de esta Nicaragua cristiana, socialista y solidaria además en “reconciliación” y con “la alegría de vivir en paz”, ironizó Díaz.
VENTAJA DESCOMUNAL DE ORTEGA
De acuerdo a Díaz esta asimetría le da a Ortega en ejercicio del poder “una ventaja tan descomunal que se puede afirmar que ya no está en juego el poder a través del voto”.
Entre las asimetrías más visibles destacó los cambios en la estructura socioeconómica del país que continúan manteniendo en la pobreza a la mayoría de la población, “pues los pobres son necesarios para que haya revolución, con discursos que ofrecen una Nicaragua victoriosa”, por lo que cada vez hay más ricos y más pobres.
Mencionó la asimetría de la lucha política entre quienes aún creen en la democracia electoral, de renovación periódica de autoridades por medio del voto, no de las balas, y aquellos que persisten en privatizar el poder como un negocio de familia, de gang o de mafia, amparados en la impunidad.
“La asimetría entre las campañas políticas del orteguismo caracterizadas por el abuso de poder, utilizando sin ningún escrúpulo todos los recursos del Estado. Donde se enfrentan candidatos “pobres” frente a candidatos “ricos” del Estado leviatánico cuyos bienes son dilapidados y usados como propiedad del partido y de la familia”, agregó.
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