Roy Moncada
Managua no solo está vulnerable ante las inundaciones y sismos, sino también ante los incendios por la falta de hidrantes necesarios para combatir las llamas.
Para saber el número exacto de hidrantes que se necesitan en la capital es necesario hacer un estudio, también ver los lugares donde urgen”.
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De las conexiones de emergencia, no todos han funcionado.
Una muestra de la gravedad fue el incendio en el Mercado Oriental ocurrido en agosto de 2008, aunque en el centro de compras y sus alrededores había más de treinta hidrantes, solo ocho proveían agua, el resto estaba en mal estado.
A la fecha en la capital existen aproximadamente mil hidrantes en buen estado, pero todavía no es suficiente de acuerdo al crecimiento desordenado que hay en Managua, comentó el comandante de regimiento Iván Tijerino, subdirector de la Dirección General de Bomberos.
“Las normas internacionales establecen que en cada doscientos metros debe haber un hidrante, pero por nuestra situación económica es difícil que se cumpla. Tengo entendido que la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) está priorizando los lugares donde urgen”, sostuvo Tijerino.
Esos lugares donde según los bomberos no deben faltar son los mercados, colegios, universidades y hospitales, debido a la concentración de personas.
El Oriental desnudó la crisis de hidrantes
El incendio del Oriental dejó graves pérdidas económicas y un mensaje de la grave vulnerabilidad de Managua ante los incendios por la falta de hidrantes.
Luego del incendio, Enacal se comprometió a reparar 190 hidrantes en diferentes puntos de la capital para que la sofocación de incendios fuera menos complicada, como lo fue esa vez que debieron traer agua desde la Carretera a Masaya.
“Nosotros apoyamos con la revisión de los hidrantes cada tres meses, esto para identificar los que necesitan mantenimiento o cambio total”, agregó Tijerino.
Managua todavía conserva hidrantes que estaban desde antes del terremoto de 1972, algunos en buen estado aún y otros han sido destruidos o arrancados de sus bases.
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